❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
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『 ☾ ✟ ☽ 』
Acaricié a Satán, intentando relajar mi mente, llevaba varios días sintiendo culpabilidad, mi lado más vampírico me decía que había hecho muchas cosas mal y debía hacerle frente a las consecuencias, tenía que contárselo a alguien, sino me volvería loca, aún más de lo que ya estoy, y eso no es bueno.
-Ayudame, ¿Qué puedo hacer?- Lo cogí poniéndolo a la altura de mis ojos, soltó su "miau" característico y puso una pata en mi cara.-Gracias- Lo dejé en el suelo, dejando que hiciera lo que quisiera.
Me tumbé en el suelo, mirando el techo con dibujos de escayola, muy abstractos. Me tapé la cara con mis brazos, soltando un gran suspiro, debía decírselo a Sunghoon, dentro de lo que cabe, es el único que no puede matarme al instante, como lo haría fácilmente mi padre o peor aún, mi abuelo. Me recorrió un escalofrío al pensar en él, había hablado con él pocas veces y era su nieta favorita, pero en este caso, no lo sería, además siempre estaba muy ocupado como para venir a visitar a sus nietos, responsabilidades de jefe de clan, no me quiero imaginar cuando Sunghoon lo sea, si ahora no tenía mucho tiempo para estar conmigo, seguramente dentro de unos siglos, si todo va bien, no podré estar casi nunca con él.
Agité mi cabeza, dispersando los pensamientos, me levanté decidida a contarselo, no sería fácil, mucho menos después de pasarme sus advertencias por la más alta de las montañas de Mortuorum.
-Deseame suerte pequeño- Susurré, acercándome a él, le dí un beso entre sus orejas y salí de la habitación, preparando un canal telepático con mi hermano.
-Sunghoon, ve al tejado- Pensé, esperando una respuesta afirmativa de su parte.
-¿Ha pasado algo malo?- Escuché en mi cabeza, haciéndome sonreír orgullosa por lograr hacer el canal a la perfección.
-Solo quiero contarte algunas cosas-
- Te veo allí-
Corté el canal, para después pararme en un lado del pasillo, eché un vistazo a mi alrededor, no había nadie, cerré mis ojos, concentrándome en visualizar el tejado de la mansión, chasqueé los dedos, sentí la brisa mecer mi pelo, había funcionado. Abrí mis ojos, viendo las vistas del bosque, como lo hacía desde mi habitación, pero desde más arriba. Me senté en esta, acomodandome para no resbalarme, abracé mis piernas y esperé a que llegará. A los pocos segundos, sentí una presencia detrás mía, sabiendo que era él, no me giré, simplemente esperé a que sentará a mi lado.
-¿Qué tal estás?- Escuché su tono tranquilo a mi lado.
-Bien, ¿Y tú?-
-Algo estresado, pero bien- Lo miré observando una pequeña sonrisa en su cara.- Y ¿Qué querías contarme?- Me miró esperando que le respondiera.
-Veras...hice algo, unas semanas atrás...sabes que me gusta la alquimia, y pensé en una poción que hiciera a un humano más resistente, tuve la suerte de conseguir uno y probarlo, pe- Expliqué lo más calmada posible, siendo interrumpida por él.
