❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
『 ☾ ✟ ☽ 』
A
dmiración era lo que sentía al mirar a todos los sabios que se encontraban hablando tranquilamente con Satán, seguramente contándole todo sobre la maldición, al fin había conseguido comunicarse, así que de alguna manera me sentía orgullosa de él, después de todo, seguía siendo mi gatito, al que recogí un día cuando caminaba por el bosque. Desde ese momento no me he separado de él, era a quien contaba todos mis dilemas, discusiones con Beomgyu...siempre me escuchaba y no se quejaba.
-Me aburro-Me sobresalté al escuchar la voz de Niki tan cerca de mi oído, haciendo que lo mirará.
-Es lo que hay, tenemos que esperar-Murmuré pegándole un codazo para que se quedará quieto.
-Vale vale-Se quejó para después apoyar su cabeza en mi hombro.
-¿Pasa algo?-Me erguí al escuchar la voz de uno de los sabios que escuchaban atentamente a Satán, además de mirarnos a ambos.
-No, no se preocupe, perdone-Hice una pequeña reverencia, viendo cómo volvía a lo suyo.
Nos quedamos callados, esperando a que terminarán de hacer sus cosas extrañas, la verdad me daba curiosidad de lo que estaban hablando, a pesar de que sabía latín, no los entendía en absoluto, también es cierto que se me daba mejor hablarlo y escribirlo, que entenderlo de otros, pero no hasta ese punto. Después de un rato intentando traducirlo, me rendí, y empecé a observar alrededor de la pequeña cabaña en donde estábamos todos. Al llegar, nos recibieron de una forma algo fría, pero al descubrir quién era realmente Satán, las cosas cambiaron, aunque a nosotros dos nos seguían tratando de una manera algo...brusca. Y así acabamos en una cabaña, para que pudieran hablar tranquilamente, en su idioma extraño que no lograba entender. Pero, a pesar de todo, seguía sintiendo la emoción del momento, y admiraba cada detalle que encontraba y llamará mi atención.
-Niños-Dí un pequeño salto en mi silla y busqué quien nos había llamado, viendo que era uno de los sabios del clan Lee.-Sabemos cual puede ser la solución, pero falta buscarla entre los libros de alquimia-Terminó de hablar, sonriendo inconscientemente.
-¿Puedo ayudar?-Pregunté esperando escuchar un sí de su parte.
-Cuántos más mejor-Contestó sonriendo levemente, intentando guardarme un grito de felicidad.
-¿Cuándo empezamos?-
-Porfavor seguidme-Se levantaron todos los sabios, dandome a entender que nosotros también debíamos hacerlo, miré a Niki por un momento, viendo que ya se había levantado.
Los seguimos hasta un cabaña enorme, la cual contenía en si interior, una enorme biblioteca con toda clase de libros, iluminada por la luz natural que entraba por una gran bóveda de cristal. Enredaderas trepaban las paredes, y plantas crecían en el suelo, dándole ese toque natural que tenía todo, preservando la esencia del bosque.