You just want Attention [ʲᵃʸʷᵒⁿ]

• One: Egocentric •

Park Jongseong, mejor conocido en las redes sociales como "El Príncipe Park" era un veinteañero que gozaba de una gran popularidad en plataformas digitales. Su personalidad era atractiva, siempre con una sonrisa y elocuencia al hablar. Era amable con las personas que lo rodeaban, pero tenía un defecto tan grande como su número de seguidores: era un narcisista. Le gustaba alardear de lo guapo que era, del dinero que tenía, de la vida que vivía... De todo cuanto se cruzara en su camino. No tenía muchos amigos debido a lo chocante que podía llegar a ser. La verborrea era un problema del día a día para nuestro querido protagonista.

La única persona que se mantenía a su lado, era su primo; Hwang Hyunjin. También egocéntrico, imán de chicas -y chicos-, atractivo hasta las entrañas. Eran un dúo tan poderoso y a la vez tan ridículo. Pero en redes sociales los amaban, así que más nada importaba.

-Oye Jay, ¿Vas a hacer un directo hoy? Tus seguidores están que vuelan tu bandeja de entrada.

El teléfono resonaba en el sofá, una y otra vez, notificaciones siendo interrumpidas por otras. El menor sonrió con satisfacción, sacó el jugo de uva del refrigerador y comenzó a beber, mientras desbloqueaba su teléfono. Se sacó una selfie con una sonrisa de lado, esa que todo el mundo adoraba. La subió a Instagram junto a la descripción "I want it, I got it".

-Demasiado Ariana Grande, ¿No crees?

-Que va, nunca es demasiado de esa mujer.

Hyunjin rió, tirándose al lado de su primo, viendo su propio teléfono. Ambos estaban concentrados en leer los comentarios que hacía la gente en sus publicaciones. Twitter, Instagram, Snapchat, Youtube e incluso una cosa llamada Wattpad, en donde solo les hizo falta colocar una foto de ellos y ¡Pum! Mil seguidores al instante. Tenían cualquier aplicación en la que los pudieran seguir, no importaba de qué se tratara o siquiera si la utilizaban: ellos tenían miles de seguidores besando sus pies.

Algo particular era que ninguno jamás respondía los comentarios de la gente, ni siquiera aquellos en donde le hacían preguntas o le decían cosas lindas. Reían con cada uno de ellos, sin importar lo sinceros que llegaban a ser. Jay sacó un trípode e insertó su teléfono. Lo colocó en la mesa, se arregló un poco y encendió el botón de "en vivo". Un minuto después, había más de mil personas viéndolo, y eso que no había avisado que lo haría.