• Six: Unlucky •

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La mañana era brillante y hermosa. El cielo era de un azul intenso, el sol iluminaba de forma perfecta y la primavera se respiraba en el aire. Las aves cantaban y todo daba buenos indicios de que sería un increíble día. Jungwon abrió sus grandes ojos con un poco de dificultad, debido a que la luz del sol le daba directo en la cara. Se talló el ojo derecho con la mano, mientras daba un gran bostezo y se sentaba en la cama. Dejó caer sus brazos a los lados de su cuerpo y vio el techo, tratando acostumbrarse a la luz. De pronto recordó la linda tarde que había pasado el día anterior y la euforia invadió su cuerpo, así que se levantó de un salto, pero sus pies se enredaron en la sábana y cayó de cara al suelo, ocasionando que su nariz empezara a sangrar.

-¡Buenos días estrellita... PAPÁ, JUNGWON SE MATÓ!

-Cállate, Yang. No estoy muerto, solo me lastimé la nariz. Llévame con papá.

Pidió Jungwon con los ojos llorosos debido a que el dolor incrementaba conforme se movía. Jeongin, asustado, ayudó al menor a levantarse y buscó un pañuelo para su nariz. El par de hermanastros salió de la habitación y llegaron a la cocina, en donde el mayor de los Yang bebía café tranquilamente mientras leía el periódico.

-¡Padre, tu hijo parece una regadera de sangre!

Exclamó dramáticamente el más alto, dejando a Jungwon sentado en una silla frente a la barra.

-Dios, campeón. Te llevaré con la señora Kim; ella es enfermera, te curará. Vamos.

Ordenó el señor Yang muy preocupado, revisando la cara de su pobre hijo. Lo tomó del brazo y lo sacó de la casa a paso apresurado. Dos fachadas más allá, una casa morada con olor a pan de donde salían gatos por la ventana cada media hora, se adentró en su reducido campo de visión. El señor Yang se plantó delante de la puerta y tocó varias veces.

-¡Pero si es mi querido Yang Seok! ¿Qué te sucedió, pequeño Yang?

Inquirió la señora pelirroja con tono preocupado al ver a Jungwon con un trapo lleno de sangre sosteniendo su nariz. El señor Yang le explicó lo que sucedía y esta los hizo pasar rápidamente. Sentó a Jungwon en un sofá alejado de los gatos, ya que el mayor había comentado su alergia hacia estos animalitos. La señora desapareció unos segundos y luego regresó con un botiquín de emergencias. Sacó una crema extraña, una gasa, cinta quirúrgica y alcohol. La señora, con una bonita sonrisa, hizo una seña para que el menor se quitara el pañuelo de la cara.

-Bueno, se le torció la nariz. Jungwon, pequeño, háblame de tu película favorita.

-¡Oh! Hace unos días vi Cruella, realmente me encantó. La actuación de Emma Stone es impecable, realmente... ¡Ahhh!

Gritó Jungwon cuando sintió su nariz volver a su posición original. La mujer lo veía con una mueca chistosa intentando contener la risa por el grito tan agudo que dio el menor. El pelinegro rápidamente tapó su lastimada nariz con sus manitas, tratando de calmar el dolor.

-Lo lamento, pequeño, pero era necesario. Ahora ven, tengo que terminar de curarte para que te puedas arreglar e ir a la escuela.

Jungwon se quejó por lo bajo pero accedió. Unos minutos después, tenía la nariz llena de una crema rara y una gasa pegada con la cinta quirúrgica. Volvieron a casa y se encontraron con Jeongin ya listo y preparando el desayuno. Jungwon se fue a bañar con mucho cuidado, evitando mojar la venda. Se puso el uniforme con fastidio y se pisó el dedo con uno de sus pesados libros. Al diablo el día perfecto que esperaba tener. Arregló la mochila y se la colgó en un solo hombro, bajó lentamente las escaleras; no quería caerse de ahí también. Al llegar abajo, su padre y hermanastro lo vieron extraño. ¿Ahora qué?

You just want Attention [ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora