• Seventeen: Always •

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Los meses siguientes fueron bastante largos y un poco solitarios para ambas almas gemelas. Jungwon, quien se dedicaba a pasear con su hermanastro por las calles de Grecia, no hacía más que extrañar a Jongseong, preguntándose si ya habría leído la carta, o siquiera si se había acordado de él. Los primeros dos meses fueron muy difíciles para Yang; no quería salir ni comer nada, por lo que Jeongin tenía que arrastrarlo con él e intentar contagiarlo de su alegría, cosa que iba logrando poco a poco. No lo animó cuando un par de chicos se acercaron a pedirle su número, porque sabía que su corazón le pertenecía a Park y hasta que no lo volviera a ver, no sabría si era momento de avanzar.

Hicieron tantas cosas y disfrutaron el tiempo en soledad, renovando energías, trabajando en su autoestima y creando hermosos recuerdos. Jungwon intentaba con todas sus fuerzas no hacerse ilusiones con regresar corriendo a los brazos de su amado, porque sabía perfectamente que eso podría ser una simple fantasía. ¿Y si ya no lo quería? ¿Y si se había olvidado de él? ¿Y si se había molestado por irse de esa manera y no quería volver a saber nada de él? Hyunjin jamás decía nada sobre su primo, porque sabía perfectamente que Jeongin se lo contaría a Jungwon y la tentación de saber más y más no le ayudaría a ninguno de los dos, por lo que se resignó a soñar que estaba de nuevo entre sus brazos, sintiendo como su característico aroma masculino lo reconfortaba.

Por su parte Jay entendió que no había nada que hacer más que trabajar duro para poder ganarse nuevamente el corazón de su menor. Muy por el contrario de lo que esperaban Hyunjin y el señor Yang, Jongseong no se dejó derrumbar por aquel acontecimiento, sólo logró darle aquel empujón que necesitaba para salir de la burbuja de cristal en la que había vivido toda su vida.

Decidió dejar en pausa sus redes sociales por un tiempo, para tener el valor necesario de mostrarse como era realmente. Dejó de usar aquellos lentes de contacto que solo lo lastimaban para usar unos normales, rompiendo así con aquel complejo. Dejó su carrera y comenzó a meditar para descubrir qué era aquello que su corazón más quería, además de a Jungwon. Un par de meses después, comprendió que debía de estudiar literatura, que a pesar de todo lo que sus padres decían, él sería feliz siendo maestro de aquella área tan sublime que tanto le encantaba.

Un día en el que se había despertado con una gran sonrisa, se encontró en el centro comercial con un tablero en el que estaban todos los flyers de las tiendas que necesitaban un empleado. Entre tantos de ellos, encontró el de aquella fuente de sodas en la que había conocido al amor de su vida y sin pensarlo mucho, tomó el folleto y salió corriendo al establecimiento. Soobin y Yeonjun estaban de aquí para allá, desesperados porque no habían logrado encontrar a nadie que cumpliera con las expectativas del trabajo que habían dejado en pausa los hermanos Yang.

—Hola, Soobin Hyung. ¿Cómo está? Vine por el trabajo de mesero. —Dijo, acercándose al peliazul, que se veía desesperado.

—¿Tienes tu currículum? —Inquirió, concentrado en servir los jugos en sus respectivos vasos.

—No, jamás he trabajado, pero aprendo rápido. Además vi como Jungwon hacía cada una de las cosas que solicitan, así que puedo intentar recrear su trabajo. —Soobin se detuvo, escaneando al muchacho frente a él. Estaba ligeramente despeinado, con gafas sobre su nariz y una vestimenta bastante casual; todo lo contrario a lo que solía ser el Príncipe Park.

—Bien, toma un delantal y empieza por llevar estas bebidas a los clientes. —Respondió, entregándole la bandeja y la libreta en donde estaban anotados los pedidos. Alegre, se amarró el delantal y comenzó a trabajar con una gran sonrisa en sus labios que al parecer, cautivaba a todas las personas a las que atendía.

Al final de la tarde, fue contratado en la fuente de sodas, para suplantar a por lo menos uno de los hermanos Yang. Jongseong era eficiente, ágil, con buena memoria y naturalmente amigable, por lo que ambos chicos no tardaron mucho en aplaudir sus dotes para el trabajo en equipo. Feliz, llegó a su casa, en donde por primera vez se sintió en paz consigo mismo.

You just want Attention [ʲᵃʸʷᵒⁿ]Where stories live. Discover now