Capítulo 20.

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Cómo lo supuse mi apariencia captó la atención, algo que mi hermano mencionó como lo opuesto a lo que quiero. Sostengo una copa de champagne en mis manos mientras mi madre trata de involucrarme en la conversación que tiene con otras señoras, pero no me encuentro interesada en nada de lo que dicen, algunas de ellas intentan saber si los rumores son ciertos y mi madre ríe, pero no les responde para que esperen el anuncio oficial.

Todo este teatro para consolidar la posición de mi padre en la empresa.

Ashley una de mis amigas me rescata de las garras de mi madre y me lleva hacia el lado opuesto para preguntarme si es cierto lo que escuchó. Y aunque conozco a Ashley desde que somos niñas y somos unidas, sé que su interés es para discutirlo con otros después. Y no planeo ser su tema cuando la fiesta termine, que Decker y yo hayamos salido en el pasado solo hace esto peor.

—Me temo que debes esperar al comunicado, ya sabes cómo es mi padre.

Ambas reímos e inmediatamente cambiamos de tema. Estoy acostumbrada a este mundo, a veces un poco falso, pero no todos son así. Existen sus excepciones. En algún punto de la noche acabo teniendo la compañía de mi hermano y un socio, discuten sobre algo de trabajo.

Trato de escuchar mientras finjo que no presto atención y aunque tengo ganas de intervenir veo a Decker y no dudo en ir hacia él. Con mi copa en mano me paro a su lado y sin voltear a verlo, porque tengo estrictamente prohibido acercarme a él hasta que mi padre dé el anuncio, le hablo. He esperado tres días para verlo a la cara y hablar del contrato. Quiero escucharlo de su boca.

—Me enteré de algo gracioso, ¿quieres saber qué?

Apenas nota mi presencia y no duda en moverse disimulando mientras me responde.

—¿Qué haces, Kate? No deben vernos hablando.

—Incluso si no estamos cerca siguen hablando de eso, qué más da si hablamos.

—Tu padre va a molestarse.

—Es gracioso. Justo lo qué sé lo involucra y a ti también.

Decker tira de mi brazo y nos lleva a uno de los balcones del salón donde no hay nadie. Se relaja al darse cuenta que estamos a solas y finalmente me mira. Una sonrisa se posa en sus labios al verme, pero no dice nada.

—¿De qué hablas?

—¿Decker, por qué aceptaste esto? Me refiero a que esto—nos señalo—, nunca será real. Puedes escapar de esto más fácil que yo, pero no lo haces. ¿Por qué siquiera lo hacemos?

—Tu padre.

—Exacto, es mi padre por eso yo estoy obligada, pero tú no. Puedes decirle que no y acabaremos con esto. ¿Además, por qué aceptarías la propuesta de mi papá para que no trabaje? Sabes que tan ridículo es eso. Incluso si estoy obligada a casarme contigo no eres mi dueño, él tampoco lo es y no pueden decidir eso por mí.

Una Lección de AmorWhere stories live. Discover now