25: ¿Te gusta esta posición?

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La vida no se trata de cuan fuerte golpees, sino de cuan fuerte seas golpeado y no te des por vencido.

Rocky Balboa.

{Capítulo 25}

Este día será épico.

Me encuentro mirándome frente al espejo de la habitación de Adrienne, las chicas están también aquí, solo que al contrario de mí, ellas no están con enormes capas de pintura en su cara y disfrazadas como una de las heroínas de películas. Miro a Michelle quien entra con unas botas altas hermosísimas, tienen algunos brillantes en la punta que combinan perfectamente con el resto de su conjunto negro de cuero. Sus ojos me recorren completamente haciéndome sentir un poco insegura de mí misma, porque si lo piensas bien, ella conoce al tipo que tendré que seducir y si las cosas se tuercen, él podría perdonarla, sin embargo, a mi no.

Remuevo mi cabello de un lado a otro cuando Aitana termina de lacearlo; es tan largo y morado que me desconozco. El vestido que llevo puesto es negro y tiene algunos estampados de rosas violetas. El largo es adecuado para lucir sexy y a la vez precavida. Lo que más me gusta son las pequeñas ondas que se crean en las puntas, ya que son esos sutiles movimientos los que hacen que cualquier persona se gire en mi dirección para observarme. Siguiendo el propio calzado de Mal, me coloqué unas botas bajas, negras de cuero con extravagantes decoraciones brillantes. El material es fuerte y sé que resistirá si en algún momento debo echar una maratón para escapar. El maquillaje es discreto dentro de lo que cabe, porque ni en un millón de años se me ocurriría ir a una fiesta con los labios morados. 

—¿Todas saben el plan?—insistió Adrienne como por quinta vez en lo que llevamos de noche.

—Hemos estado hablando de esto hace más de cuatro días, por supuesto que sabemos el plan y cada detalle de la misión—farfulló Kate, quien estaba un poco enojada ya que su tarea era quedarse en la mansión y vigilar que todo el lugar estuviera a salvo.

—Genial, porque ha llegado el momento de marcharnos—la siguiente en hablar fue Michelle y en cuanto lo hizo, un nudo se formó en mi garganta. Ni siquiera habíamos puesto un pie en la ciudad y ya mis nervios estaban matándome—. No olvides colocarte la chaqueta y...—me extendió un pequeño sobre de papel kraft y una jeringa con un líquido dentro—... no dudes en usarlo si es necesario.

—¿Qué es?—le pregunté solamente mirando el envoltorio. Al tacto noté una sustancia en forma de polvo que no llegaba a llenar el sobre.

—Es cocaína—musitó—. Supongo que debes saber que en este tipo de lugares se consumen varias drogas—asentí—, sin embargo, El Rey no, y es por esa razón que deberás suministrársela en una disolución con alcohol o clavarle la aguja entre los dedos cuando esté desprevenido. En un lapso de tres a cinco minutos, la droga llegará al cerebro provocándole un efecto eufórico que te permitirá tener un poco más de dominio sobre él

Noté un poco de intranquilidad en sus palabras, eso me alarmó.

—¿Qué no me estás diciendo Michelle?

—Debes tener cuidado con la dosis, Sophie porque el uso de la cocaína junto con el alcohol es peligroso ya que puede elevar el riesgo de muerte súbita. Puede producir constricciones en los vasos sanguíneos, elevación de la temperatura, del ritmo cardíaco y la presión arterial—tragué un poco de la saliva que se había acumulado en mi boca—. Sé que te sobran las ganas para matarlo, pero tú no eres una asesina y un derrame cerebral sería muy poco para todo lo que nos ha hecho ese cabrón.

—No soy una asesina, pero te juro por mi vida que ese cabrón la pasará aun peor que yo—crucé mis dedos frente a ellas y los besé para que supieran que era una promesa.

Slave Of You (Trilogía Slave, Libro 2)Where stories live. Discover now