Capítulo 16

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-¿Cuál es la diferencia? Todas son judías y terminarán muertas de igual forma. -La mujer me había soltado, en cuanto lo hizo caí al piso con la espalda quemando, mis ojos llorosos e incluso un malestar en la garganta de tanto gritar.

Mi mirada estaba borrosa, me sentía aturdida y con un dolor impresionante, podría decir que esa fue la peor golpiza que recibí en ese lugar.

-Mientras eso sucede, yo quiero que hagan dinero para mí... y las jóvenes son las que más pueden trabajar, ¿no lo entiendes? -Habló con desprecio.

A pesar de tener la mirada borrosa por las lágrimas y porque posiblemente iba a desmayarme, pude divisar como las mujeres se encaraban sin ningún tipo de temor la una de la otra.

-Hay miles de jóvenes más, Jauregui, no exageres. -Dijo con desdén.

La mujer de ojos verdes sonrió con ironía, cerró la puerta detrás de ella y en un movimiento rápido tomó a Grese de su sacó y la pegó contra la pared duramente.

-¿Me crees estúpida? ¿Crees que no sé que traes a las mujeres aquí para abusar sexualmente de ellas? -Dijo entre dientes con mucha rabia en su voz.

-¿A ti qué más te da? -Ya no sonaba tan segura como unos momentos atrás, era obvio que Jauregui tenía bastante poder sobre ella.

-¿Sabes? No eres de mi agrado, Grese. -Habló más tranquila, pero podía notarse el fastidio en su voz. -Eres una estúpida que se dedica a acabar con nuestra mano de obra. Y no me molestaría deshacerme de ti. -La soltó bruscamente mientras la otra mujer tragaba con pesadez y se quedaba estática. Lauren empezó a caminar examinando el lugar sin posar su mirada sobre mí en ningún momento. -¿Qué pensará el Furher si le digo que una de nuestras guardias es homosexual? ¿Si recuerdas que los homosexuales también están aquí como prisioneros? ¿esto podría considerarse algún tipo de traición? -Decía con el ceño fruncido fingiendo confusión.

Grese permaneció en silencio completamente pálida.

-Eso pensé. -Sonrió con suficiencia. -Ahora lárgate de aquí, no quiero volver a verte por un buen rato. -Dijo viendo hacía la pared con curiosidad. A regañadientes la mujer se giró para abrir la puerta. -¡Espera! -Exclamó tomándola del brazo y girándola. Acto seguido estampó su mano en la mejilla de su compañera en una bofetada que había sonado mucho peor que las que Grese me había dado. -Es la última vez que te digo que soy la señorita Jauregui para ti. ¿Entendido? -Había fuego en la mirada de ambas. Asintió, pero las tres sabíamos que eso no era suficiente para Lauren. –No te escucho. -Levantó una ceja.

-Entendido, señorita Jauregui.

-Lárgate. -Señaló la puerta con un movimiento de cabeza y la mujer salió echando fuego. -¡Maldita sea! ¿Estás bien? -Se acercó rápidamente a mí después de asegurarse que Grese realmente se había ido. Tomó una de las sábanas de la cama y rápidamente cubrió mi torso desnudo para posteriormente desatar mis manos. Solté un gemido cuando la tela tocó mi piel lastimada. -Carajo, necesito sacarte de aquí, Grese volverá en cualquier momento. ¿Qué te hizo? -Preguntó con desespero. Mis ojos estaban llenos de lágrimas y los sollozos estaban atorados en mi garganta. -Tranquila, ya terminó, estás a salvo ahora. -Lo que vino después de eso me tomó por sorpresa, se arrodilló junto a mí e hizo que de alguna manera lograra sentarme, secó mis mejillas y me recostó sobre su pecho. En ese momento mis sollozos escaparon sin algún tipo de retención. Tenía razón, ahora estaba a salvo.

-Perdóname, me demoré demasiado buscándote, no pensé que te traería aquí. -Sonaba genuinamente arrepentida y podía notar algo de dolor en su voz. -Iré a buscar a tu amiga para que venga por ti, te llevaré a otro lado para poder curarte. Pero no puedo sacarte yo. No me tardo, ¿de acuerdo? -Me miró a los ojos. Pero antes de que pudiera si quiera pensar en lo que iba a decir las palabras salieron de mi boca.

Gloom (Camren)Where stories live. Discover now