Capítulo 24

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-¿Por qué no? -Preguntó después de rodar los ojos como si yo estuviese exagerando todo y para ella fuera la cosa más insignificante del mundo.

-Dinah, es una mujer, a mí no me gustan las mujeres. -Dije como si fuera obvio y nuevamente rodó los ojos.

-Olvídate por un momento de lo que hay entre sus piernas... -Bufó y yo la miré confundida. -Camila... te veo observarla, no soy estúpida, casi babeas por ella, ojalá pudieras verte la cara de idiota que pones cuando se acerca. -No podía creer lo que me decía. -No te culpo, es una persona muy atractiva. -Se encogió de hombros y mi rostro se había deformado sin siquiera pensarlo. -Persona, Camila, no importa si es hombre o mujer, es una persona atractiva y punto. Eres un ser humano atraído por otro, ¿Qué hay de malo en eso? -Su argumento tenía sentido, bastante si debo decirlo pero no cambiaría mi forma de pensar y al parecer yo tampoco la de ella. -No veo ningún problema en que te estés divirtiendo con la señorita Jauregui... mientras no te expongas o corras peligro, no solo creo que puedes hacerlo sino que deberías... -Levantó las cejas de manera sugestiva haciéndome sonrojar. -No estamos hablando de matrimonio o amor, si ambas quieren besarse, háganlo y ya. El problema estaría si ella lo hiciera a pesar de que tú no quieres... pero si tú has dado el primer paso entonces asumo que también te gusta.

-Pero... ella está comprometida. -Aquella era la parte que más me impedía tranquilizar mis pensamientos.

-Ya te lo dije, no estamos hablando de amor o matrimonio, solo será un medio de diversión para ambas mientras estamos aquí y vaya que nos hace falta. -Bromeó.

-Y si decido hacerlo, ¿debería decírselo? O ¿simplemente dejarme llevar?

-Creo que es más divertido lo espontaneo. -Se encogió de hombros. -Eso sí, si hace algo que no te guste, ¡corre! -Advirtió y pensé que bromeaba, para mí era casi imposible que la ojiverde hiciera algo que no me gustara, sin embargo ella lucía bastante seria por lo que deduje que no lo estaba tomando a juego, de verdad le preocupaba que eso sucediera.

-Lo haré, no te preocupes. -Le guiñé un ojo.

-Sabía que te traías algo con ella desde el primer beso que se dieron, pero pensé que te atraía desde la primera vez que la vimos. -Fruncí el ceño. -Camila... la mirabas todo el tiempo, siempre la estás buscando y bueno... hoy regresaste con los labios bastante hinchados. -Rio y sentí mi rostro caliente como una reacción a la vergüenza de que me hubiese descubierto. -Ya te dije, no te culpo. -Le restó importancia.

Esa era una de las cosas que más me gustaban de Dinah, nunca me juzgaba, siempre intentaba entenderme y me ayudaba a ver las cosas con una perspectiva mucho más realista que la mía. A veces me sorprendía que tuviese la mente tan abierta, cosa que definitivamente no se me daba, a la menor circunstancia diferente de lo que yo conocía me escandalizaba y lo consideraba una completa aberración. No sabía si ella tenía tanto conocimiento en general o simplemente tenía otra forma de ver la vida.

-No sé si deba... de verdad hay días en los que se me complica dormir por la culpa. -Sacudí la cabeza ligeramente, de verdad me abrumaba sentirme de esa manera.

-Tómalo como la etapa de tu vida en la que te rebelaste. Solo disfruta, Mila, posiblemente al salir de aquí jamás lo vuelvas a hacer y esto quedará solo como un recuerdo. Es tu oportunidad de experimentar, has pasado una parte importante de tu vida en este lugar... necesitas relajarte un poco. -Hizo una pausa mientras me miraba absorta en mis pensamientos intentando procesar lo que me decía. -Los nazis hacen cosas horrorosas y te aseguro que pueden dormir por las noches... tú puedes besar a una chica muy atractiva y dormir tranquila. -Aseguró y esa parte vaya que tenía sentido. Besar a una mujer no era nada comparado con las atrocidades que cometían los encargados del campo, quizá ella tenía razón al menos en comparar la magnitud de aquello que yo veía como "incorrecto".

Gloom (Camren)Where stories live. Discover now