Gloom (Camren)

Capítulo 32

-¿Estás bien? -Sentí la mirada confundida de Dinah sobre mí.

-Sí, ¿por qué lo preguntas? -Me encogí de hombros.

-Bueno, llegaste con los puños apretados y el rostro enrojecido, pensaría que te estuviste divirtiendo si no fuera por tus bufidos y tu entrecejo fruncido. -Soltó con un tono ligeramente burlón.

-El prometido de Jauregui apareció, no puedo ni verlo después de saber a lo que se dedica. Es asqueroso. -Hice una mueca.

-¿Estás segura que es solo por eso? -La miré y tenía una ceja elevada.

-Dinah, no estoy de humor para que insinúes cosas, y sí, estoy segura. -Dije cansada y ella sabía que de verdad quería dejar de hablar de eso cuando usaba ese tono de voz así que no insistió más. Claro que mi respuesta no era del todo cierta, sabía que había alguna otra razón por la que ver a ese hombre me provocaba tanta repugnancia. -Mi padre no confía en ella. -Solté de golpe intentando lucir indiferente ante el tema anterior para que la gitana no siguiera preguntando después.

-¿Por qué lo dices?

-Él mismo me lo dijo. Y también dijo que no confiara tanto en ella, que no se puede confiar en nadie de ese partido. -Rodé los ojos por lo absurdo que me parecía.

-Creo que tiene razón. -Hizo una mueca y mi mirada se clavó en ella completamente asombrada.

-¿De qué hablas? Tú más que nadie sabe todo lo que la señorita Jauregui nos ha ayudado, no tienes motivos para desconfiar de ella. -Dije como si fuera obvio.

-Lo sé, Mila. Y no voy a negarlo, pero si pensamos de manera realista, no podemos confiar en nadie aquí, ni siquiera en las prisioneras, cualquiera puede ser dominada por sus sentidos más primitivos y hacer lo que sea con tal de sobrevivir. ¿Qué te hace pensar que las guardias no lo harían si su cabeza estuviese en juego? -Suspiró, lo notaba en su rostro, sabía que no me gustaría escuchar aquello.

-Dinah, tú no... -Quise decir pero me contuve. -Tienes razón. -Dije resignada.

Claro que no estaba de acuerdo en absoluto con ella, yo confiaba en Lauren, por más que intentaba no hacerlo, no podía evitarlo. Algo dentro de mí me decía que no mentía, que todo lo que hacía era porque era lo correcto no porque tuviera otra intención detrás de eso. Pero no podía decírselo a ellos, probablemente Lauren no los miraba de la forma en que lo hacía conmigo, a ella no le importaba si ellos le creían, pero se esmeraba porque yo lo hiciera. Y lo supe, ellos desconfiaban porque no la conocían como yo, no se había abierto con ellos como conmigo y no habían tenido el mismo contacto.

No quería hacerme la importante, pero se podría decir que yo conocía una parte de ella que tal vez ellos jamás conocerían, por lo tanto, jamás podrían confiar en ella como yo lo hacía, por eso Dinah tenía razón hasta cierto punto y decidí no alargar más ese tema.

Solo esperaba no equivocarme en eso.

El resto del día fue tranquilo, al menos a mi alrededor porque mi cabeza estaba hecha un lío, la situación con Lauren y su prometido me había dejado afectada de manera considerable. Pasó alrededor de una hora para que la volviera a ver cerca, y noté como buscaba mi mirada, había cierta vergüenza o no sabía si era una expresión de disculpa en su rostro pero algo había, algo que quería evitar ver a toda costa, no podía, no era por intentar hacerla sentir culpable, simplemente me era imposible verla a los ojos después de imaginarme lo que acababa de hacer con su prometido, es decir, tardó una hora en volver, era obvio que habían ido a tener sexo. Ni siquiera me había imaginado el acto en si y ya sentía una sensación muy desagradable.

Por la tarde salí casi corriendo rumbo al comedor para tomar el almuerzo de la mano de Dinah con la intención de que la ojiverde no pudiera ir tras de mí y al parecer lo logré, había un par de guardias cerca y sí, su prometido apareció nuevamente complicando aún más la intención que sabía que tenía, de hablar conmigo. No tenía idea de qué era lo que quería decirme, y por más que sabía que moría de ganas de escucharla, algo me lo impedía, era molestia, no era difícil identificarlo, pero el porqué aún estaba incierto o al menos eso quería hacerme creer.