Capítulo 27

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-¿No les parece extraño que esté llevándome al barracón tan tarde? -Pregunté algo extrañada viendo hacía las torres de control, en donde no se distinguía casi nada, salvo un par de siluetas que estaba segura de que veían cada detalle que la enorme luz que movían de un lado a otro iluminaba. Nos habían visto, lo sabía porque incluso mis ojos habían dolido por la exposición, pero habían actuado como si no lo hubiesen hecho cuando se dieron cuenta de que Lauren iba detrás de mí.

-No lo sé, quizás sí pero créeme que nadie se atreverá a meterse conmigo. -Dijo como si fuera obvio. Mi ceja se elevó y me giré para quedar frente a ella una vez que llegamos a mi bloque.

-No puedo creer que sea la misma persona que hace una hora me preguntaba si de verdad me parecían bonitos sus ojos. -Negué algo divertida porque no entendía como podía ser tan dura y engreída pero también tierna y amable.

-Sencillo, ellos son una basura, tú... -Se detuvo viéndome algo pérdida, no sé si pensaba en lo que diría o si se había pausado para no terminar la oración.

-Yo... ¿no soy una basura? -Levanté una ceja, quería que terminara de decir aquello, sin embargo, al darme cuenta de que no lo haría decidí terminar la frase por ella de manera que se aligerara el ambiente y al parecer lo logré porque soltó el aire retenido y su rostro se relajó.

-Exacto..., tú no eres una basura. -Dijo como si fuera obvio y una pequeña risita se escapó de entre mis labios.

-Gracias por escucharme esta noche, señorita Jauregui. De verdad me siento mejor después de sacar todo lo que tenía dentro. -Hablé con sinceridad sintiendo como ella tomaba mi mano y le daba un ligero apretón en señal de apoyo.

-Quisiera poder hacer más que eso. -Suspiró torciendo la boca.

-Usted hace más de lo que debería. -Acaricié su mejilla suavemente y noté como sus ojos se cerraron por unos segundos. -Y siempre estaré agradecida por eso. -Me acerqué y dejé un rápido y corto beso en sus labios. -Descanse, señorita Jauregui. -No esperé respuesta después de ver como su sonrisa apareció casi por un par de milisegundos porque me giré y entré al bloque.

Suspiré profundamente una vez que cerré la puerta, mi corazón había latido con mucha fuerza esa noche y ni siquiera en ese momento en donde ya no la tenía cerca podía controlarlo al revivir los momentos que habíamos pasado juntas especialmente eso que yo misma había dicho que no podíamos seguir haciendo. Pero simplemente no podía evitarlo, no había forma de que lo hiciera y al darme cuenta de eso había buscado por todos los medios una forma de disminuir mi culpa. Mi realidad era tan diferente a la de unos años atrás que también mi pensamiento podía cambiar. Estaba en medio de una guerra, siendo maltratada y explotada todos los días, seguramente lo que menos me debía importar en ese momento era a quién tenía ganas de besar, porque comparando ambas cosas lo primero tiene un peso mucho mayor. ¿Por qué me enfocaba en lo que la sociedad pensaba de dos mujeres besándose? La sociedad estaba destruida y me estaba destruyendo, ¿por qué debía importarme lo que ellos pensaran si eran una completa mierda?

Esa noche me había dado cuenta de que la sociedad podía irse al carajo en ese momento porque no aportaba nada a mi vida que no fuera dolor y sufrimiento, ¿les daría también el privilegio de hacerme sentir culpa? ¿de hacerme sentir como una enferma pervertida? Si estaba en mis manos no darles algo más de mí, por supuesto que no lo haría, ya me habían quitado mucho, no dejaría que también me quitaran la libertad de sentirme bien con algo que quería hacer y en mi cautiverio estar cerca de aquella ojiverde era lo que quería.

Claro que mi pensamiento no se modificaría de un día para otro, tendría que trabajar en eso y repetirme esas palabras una y otra vez hasta que se quedaran grabadas en mi mente como una máxima.

Gloom (Camren)Where stories live. Discover now