Capítulo 55

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"Si hiciéramos un minuto de silencio por cada víctima del holocausto, permaneceríamos en silencio por más de once años."

***

Salí de su oficina con las piernas temblorosas y las manos apretando el papel que me había dado con la letra de aquella canción después de prometerle que intentaría aprenderme la mayor parte de la pieza, ya que, no tenía mucho tiempo. Mi única reacción había sido tragar con pesadez e intentar controlar el remolino de emociones que de pronto me habían invadido.

La libertad por fin estaba cerca pero no sabía bien, era amarga y dura, era el golpe de la realidad que había estado evitando desde que mi madre fue asesinada. Me sentía abrumada pero no por lo que parecía obvio, en ese momento no estaba pensando en todo lo que se venía, no pensaba en lo que haría al salir o si sería posible llegar al siguiente día con vida, no pensaba en lo que podría suceder esa noche, lo único que pasaba por mi cabeza era que solo me quedaban un par de horas con Lauren. Ni siquiera supe como había tenido el valor de salir de su oficina sin aferrarme a ella con la intención de que no se apartara de mí.

Para ser sincera el día no me dejó de sorprender. Aún me faltaba presenciar un par de cosas espeluznantes. Como la que vi cuando llegué a Kanada.

Había una fila de mujeres seleccionadas por Kaethe Hoern, otra de las mujeres más poderosas del campo, después de Lauren tenía un nivel alto. Sabíamos para qué era la selección y posiblemente aprovechó que la ojiverde no se encontraba ahí.

-¡NO! –Retumbó aquella voz en mis oídos y me sentí mareada cuando vi que Emily estaba en la fila y Sue suplicaba que no se la llevaran.

-Vuelve a tu trabajo, Judía. –Hoern la vio con desprecio y desdén.

-Llévenme también, por favor. –Suplicó. Podría jurar que escuché cómo todas las presentes contenían la respiración. Por alguna extraña razón aquello no me sorprendía.

-¿Qué tenemos aquí? –De inmediato llamó la atención de la guardia. –Es muy lindo de tu parte... –Había cierta sorpresa en su rostro, claro que hacía todo lo posible por ocultarlo. –Pero hacerte la valiente no te servirá de nada. –Ladeó la cabeza. –Además... la que decide aquí soy yo. –Y en un movimiento rápido sacó su arma y sin titubear disparó en la frente de Sue quien colapsó casi en cámara lenta.

-¡NO! –Esta vez el grito desgarrador de Emily inundó el lugar. El dolor dio paso a la furia y la mujer jamás dejó de sorprenderme porque antes de que la guardia pudiese reaccionar la poeta se le echó encima y comenzó a golpearla con todo el desconsuelo y la cólera que imaginaba que estaba sintiendo después de ver cómo le arrebataban la existencia al amor de su vida. Logró hacerla sangrar del rostro pero no duró mucho porque a final de cuentas la mujer estaba armada, logró dispararle en el brazo y hacer que se detuviera pero seguía consciente, llamó a las blocovas y como pudo se puso de pie limpiándose la sangre del labio.

-Llévenla al bloque once, ¡ahora! –Ordenó con odio en la voz. Mi cuerpo se tensó al imaginarme lo que estaba por ocurrirle a Emily.

La sensación desapareció cuando la poeta pasó a mi lado con una sonrisa victoriosa y un movimiento de cabeza haciéndome saber que estaba bien. Lo entendí porque sabía perfectamente que Emily prefería obtener el regalo de la muerte si su vida se había ido con Sue, siempre lo decía.

No era habitual que entraran durante horas de trabajo a hacer selecciones, algo me decía que ese día sería diferente, probablemente mucho más peligroso.

Lauren tardó un par de minutos en llegar lo cual era extraño porque siempre llegaba inmediatamente después de mí. No tenía muy claro qué estaba sucediendo, pero parecía decaída, triste e incluso irritable.

Gloom (Camren)Where stories live. Discover now