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Después de lo que sucedió con Zoe, me fui a mis clases restantes y luego por la tarde me encargué personalmente del castigo de Joshua.

Incluso el Alfa estaba sorprendido de verme querer disciplinar a alguien en la manada.

Usualmente eran los Alfas quienes se encargaban de ello, pero yo tenía mis razones para encargarme de Joshua, especialmente después de su arrebato de querer atacar a mi mate; aunque eso no podía decírselo.

Alegue que, debido a que presencie todo, era la indicada para encargarme del castigo de Joshua.

-Pudiste ser más gentil-dijo el susodicho a mi lado.

Me acomodé el vendaje de mis manos, para seguirle el de mis tobillos.

-Al menos ahora tendrás una razón para controlarte cuando la veas.

Volví a enderezarme encontrándome con el rostro magullado de mi amigo.

Nuestras heridas sanaban más rápido que las de un humano común, pero si éramos atacados por algún sobrenatural y este colocaba parte de su ponzoña en los ataques, tardábamos mucho más en sanar completamente. 

-En este momento deberías agradecer que no eres un Alfa.

-¿Por qué?-frunció el ceño-¿Porque de esa forma me hubieses dejado llevarme a mi mate?

-No, porque hubiese sido mucho más difícil convencerte de salir de ahí. 

Hice sonar mis nudillos expresando mi punto.

-Bien, bien, tranquila, creo que ya comprendí.

Me estiré tomando un poco de agua de la botella que había dejado a un lado del terreno.

Era de mañana, y ya que durante los fines de semanas no tenía clases, había decidido dedicarme especialmente a los entrenamientos de los cachorros de la manada; estos eran un poco más intensos que los que daba durante las pocas horas en la semana cuando salía de la universidad.

Escuché un bufido a mi lado.

-¿Cuándo me dejaras volver a acercarme?

Suspiré cansina sabiendo que tendría que explicarle todo de nuevo.

-La asustaste idiota, primero tienes que dejar que se calmen las aguas.

-¿Y cuándo será eso?

Lo juro, parecía una madre regañando a su hijo.

-En la tarde debo ir a reunirme con ella-sonreí-me encargaré de hablarle bien de ti.

-¿Saldrán? ¿Quieres que te lleve?-empezó a hablar emocionado-o podemos ir al cine juntos y luego tus nos dej...

-Es para un trabajo-lo frené-iremos a la biblioteca y no-puse mi mano en frente de él al ver sus intenciones-no puedes ir.

Dando por finalizada la conversación me gire de nuevo hacia los cachorros que al verme se colocaron de nuevo en sus posiciones para recibir mis instrucciones.

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Llegué a la biblioteca y cuando entré busqué una mesa para esperar a Zoe, la cual antes me había enviado un mensaje de que estaba en camino hacia aquí.  

Una vez que me senté coloqué sobre el escritorio todos los papeles que contenían la información que me había encargado de buscar.

-Lo siento, ¿esperaste mucho?-dijo una Zoe agitada tomando asiento en frente de mí.

ErahiaWhere stories live. Discover now