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"Alfa, los cachorros ya llegaron", escuché por la conexión mental que tenía con la manada.

"Ya voy para allá", dije dirigiéndome hacia el centro de la manada.

Me encontraba en mi forma lobuna patrullando el terreno en caso de que algo sucediera durante el día.

Caminé hasta que a un par  de kilómetros de distancia de la manada un delicioso aroma a vainilla comenzó a inundar mis fosas nasales.

"Mate", chilló Akira emocionada

No es posible Akira, él no debería estar aquí.

Comencé a correr apresurada acortando la poca distancia que quedaba.

Si estaba allí debería cambiar a mi forma humana para no volver a espantarlo. Pero cuando lo hacíamos, quedábamos completamente desnudos, por esa razón siempre dejaba una mochila en el bosque con ropa cuando visitaba una manada; ahora la mochila se encontraba demasiado lejos, y no iba a volver a mi forma humana en frente de todos.

Cuando los lobos pertenecían a una manada, para ellos era costumbre quedar desnudos en frente de los demás, ya que en parte compartían un vínculo más allá que el de una familia. En cambio, yo era una loba solitaria, no me era cómodo que alguien más que mi mate me viera desnuda.

Cuando estuve en el centro de la manada, disminuí el paso y caminé hacia la entrada donde me esperaban los cachorros.

Cuando finalmente llegué pude comprobar que efectivamente mi mate se encontraba allí. Tuve miedo de volver a verlo con esa mirada asustada en sus ojos por lo que solo me concentré en los chicos.

-Alfa, estos son los chicos y los cuidadores que los acompañaron-dijo el alfa de la manada a mi lado.

"Bienvenidos", dije a través de la conexión mental.

-Hola Alfa, gracias por recibirnos-dijo uno de ellos.

-Lamentamos las molestias que podríamos ocasionar al venir-dijo otro mirando al alfa.

-No se preocupen chicos-dijo sonriendo palmeando el hombro del chico más joven a su lado-mi hijo se encargará de mostrarles sus habitaciones y la manada.

-Muchas gracias Alfa-dijo Joshua haciendo una leve reverencia.

"Tienes mucho que explicar", le hable a mi amigo en el momento en el que comenzaron a alejarse.

A lo lejos pude verlo con una ligera sonrisa sarcástica en su rostro.

"Tú también".

Y con eso los perdí de vista.

-Alfa-llamo mi atención el líder-me gustaría que volviera a la hora de la cena para discutir lo del entrenamiento de los cachorros y escuchar su reporte de vigilancia.

"Por supuesto Alfa, allí estaré".

Al igual que mi amigo, hicimos una leve reverencia en señal de respeto y nos despedimos para volver de nuevo al bosque.

Mi mate estaba aquí, a pesar de todo, Akira y yo no podíamos estar más que felices con la idea.

"Vino por nosotras", chilló alegre mi loba.

Menee la cabeza intentando no hacerme ilusiones al respecto.

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Cuando terminé con mi vigilancia diurna fui hacia la parte del bosque dónde había dejado mi mochila y volví a mi forma humana para después comenzar a ponerme la ropa que había dejado.

ErahiaWhere stories live. Discover now