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Era un nuevo día, y era lunes.

Por lo que Jeongin debía ir a clases, tenía mucho sueño y estaba más perezoso de lo normal gracias a que se quedó hasta tarde hablando con Hyunjin.

Pero aún así debía ir al colegio, por lo que caminó hasta el lugar después de recoger todas sus cosas.

Llegó al establecimiento y el día transcurrió con normalidad, aunque no vió al rubio en ningún momento, se enteró que llegó tarde y por eso no pudieron verse en la entrada, ni compartían ninguna clase.

Sin embargo, Hyunjin lo había invitado a pasar el recreo con él y sus amigos, así que ni bien escuchó la campana, caminó rápido hasta la cafetería.

Divisó al grupito de tres en una mesa, así que se acercó a ellos.

— In-ah~— saludó Minho agitando su mano.— Te extrañamos por aquí, pensamos que nos abandonaste porque te diste cuenta que Hyunjin tiene el pelo feo.— usó un tono triste, aún con lo poco serio que había dicho.

— Ya empiezas.— rodó los ojos el rubio y los otros tres rieron.

— También los extrañé, ¿como ha estado mi pareja favorita?— Jisung y Minho soltaron una "awww" en conjunto y estaban por responder pero el menor los interrumpió.— ¿Quien dijo que hablaba de ustedes?

Jeongin rió y negó diciendo que era broma y se sentó junto a Hyunjin.

— Hemos estado bien, ¿y tú, Jeonginnie?— el pelinegro fue quien respondió.— ¿Qué tal estás con los exámenes?

— No le preguntes cosas aburridas, amor. Mejor pregúntale si ya es novio de Hyunjin.— lo último lo murmuró, pero todos pudieron escucharlo.

El peliazul sintió sus mejillas arder, e involuntariamente llevó su vista al rubio, quien también se veía apenado.

— Deberías callar a tu novio un rato, Jisung.— el rubio le regaló una mala mirada al pelinaranja.

— Si bebé, ven y cállame a besos.— hizo piquito en su dirección y su novio lo tomó del rostro para darle un beso.

Los otros dos chicos hicieron sonidos de asco y desviaron la mirada riendo.

— ¿No querías que me callara?— Minho se burló.

— Mejor a la próxima me callo yo.

La pareja y Jeongin se rieron, restándole importancia a lo que acababa de pasar. Después de todo no era nada nuevo.

— Bueno, nosotros nos vamos, los dejamos a ver si también se dan aunque sea un besito.— se levantaron y Minho pasó su brazo por la cintura de Jisung.— Damos clases igual sobre besos, por si les interesa.— el mayor de la pareja les guiñó un ojo.

Jeongin tenía las mejillas de un rosa intenso, debía acostumbrarse a los comentarios de Minho, pero aún no podía.

— Son unos idiotas.— fue Hyunjin quien les respondió, rodó los ojos y sonrió divertido.

Y después de eso ambos chicos desaparecieron tomados de la mano.

El ambiente, como siempre después de los comentarios de Minho, quedó algo tenso.

Pero Jeongin tomó iniciativa y llevó su mirada hacia Hyunjin para decir algo.

¿Deberíamos hacer lo que Minho hyung dijo? fue lo que quiso decir, pero claro que no lo dijo.

— ¿Puedo peinarte, Hyunjinie?— habló después de unos segundos, jugando con sus manitos.

El rubio conectó miradas con el menor y le sonrió asintiendo rápidamente.

— Claro bonito, ya mi cabello extraña tus peinados.— las mejillas del peliazul no tardaron en tomar color, pero lo ignoró caminando hasta estar detrás de Hyunjin.

Rápidamente se dió cuenta que no había llevado colitas ni nada para peinarlo y un puchero se formó en sus labios.

— No tengo nada para atarte el cabello.— usó un tono triste, mientras pasaba sus manitos por el cabello rubio, peinandolo por encima.

— Oh, espera.— tanteó sus bolsillos y se encontró con unas cintitas que antes seguro había usado el menor en su cabello.— Quizás puedas hacer algo con esto, pequeño.

Una sonrisa apareció rápidamente en su rostro y asintió comenzando a hacerle trencitas usando las cintitas.

Después de unos minutos ató como puedo las trencitas y sonrió encantado con lo bonitas que le quedaban.

— No tengo espejo, pero creeme que te quedaron muy bonitas.— sonrió mirándolo desde el frente y acomodándole el cabello de adelante.

Estaban bastante cerca, y después de hacer eso, Jeongin se perdió unos segundos en los gruesos labios que tenía Hyunjin, estaba seguro que eran suaves y dulces, tenía muchas ganas de besarlo.

Hyunjin no era tonto y pudo darse cuenta de la mirada del menor, sonrió y le acarició la mejilla dulcemente, también quería besarlo.

Pero el fin del recreo no parecía ansiar que se besaran.

Por lo que el estruendoso timbre sonando por todo el lugar, les hizo romper toda su burbuja.

El rubio dejó un besito en la mejilla del contrario y se alejó.

Maldita campana.

Blonde Hair ➳ HyuninWhere stories live. Discover now