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Hyunjin se sintió realmente mal al notar el cambio de humor del menor. Su intención en ningún momento fue hacerlo sentir mal.

A veces se olvidaba de que no eran novios, y no porque no quería que lo fueran. Solo que él había interpretado que no tenían apuro en serlo, estaban tomándose el tiempo de conocerse, ¿o no era así?

Quizás el que no lo hayan aclarado ahora les daba una mala jugada.

El señor Hwang carraspeó rompiendo el silencio incómodo que se había creado llamando la atención de ambos.

— Ya llegamos, chicos.— anunció estacionando el auto.

— Muchas gracias, señor.— le sonrió suavemente Jeongin al mayor y fue el primero en bajar del auto.

— No quiero meterme, pero creo que tienen algunas cosas que aclarar.— se giró para ver a su hijo y le dió una palmadita en el hombro.

El rubio asintió y agradeció en voz baja, para después salir del auto y buscar al peliazul con la mirada, encontrándolo rápidamente sentado en la arena frente al mar.

Se acercó a él y se sentó a su lado.

— Lamento haber arruinado el momento, Jeongin. No fue mi intención.— murmuró sintiéndose un poco intimidado.

— Lo sé, no te preocupes.— le dió una ligera sonrisa y volvió su vista al mar.— Es solo que a veces me hace ruido no saber que somos, ¿sabes?

— Lo entiendo, también para mí es extraño.— suspiró.— Pero creí que nos estábamos tomando el tiempo de conocernos, por eso nunca he hecho el esfuerzo de hacerlo oficial, ¿sabes? — Jeongin asintió.— Pero tengo tantas ansias como tú de llamarte novio, esposo, marido, y todos los apodos parecidos.— sonrió al ver el suave sonrojo que había provocado en el menor.— Así que no estés triste, ¿si? Es cierto que no somos novios, pero somos tan especiales juntos como cualquier otra pareja.

— Lo entiendo, lamento haberme puesto así antes, solo pensé cosas tontas.— sonrió de medio lado.—Gracias por estar conmigo, Hyunjin.— dijo unos segundos después y se acercó a abrazarlo, el rubio dejó un besito en su cabeza y correspondió el abrazo.

— No digas eso, pequeño, no son cosas tontas, ¿si? Y no tienes nada que agradecer. Gracias a ti por existir junto a mí.— sonrió alejándose para verlo y darle un corto beso.

— Te quiero, te quiero, te quiero.— dijo el de hoyuelos al mismo tiempo que le daba repetidos besitos.

Se ruborizó y sintió tímido segundos después por eso mismo. Se había dejado llevar un poco mucho.

Hyunjin soltó una risita y le robó un beso.

— A ver si sobrevivo estos días por tanta ternura que derrocha mi chico.— lo miró esperando verlo aún más rojo y comenzó a reír más fuerte.

— Eres un idiota.— le dio un golpecito y sonrió divertido.

— Un idiota que también te quiere muuuuuucho.— le acarició la mejilla con suavidad.

Jeongin casi ronroneo ante el tacto tan suave del rubio, y cerró los ojos unos segundos. Hyunjin sonrió aprovechando para robarle otro beso.

El peliazul abrió los ojos e intentó disimular el rubor que ahora tenían sus cachetitos.

— No pierdes el tiempo tú.— lo miró mal fingiendo reproche.

— Contigo nunca.— le guiñó un ojo y el menor rodó los ojos divertido.

— Señor que no pierde tiempo, ¿quiere meterse conmigo al mar?

— Contigo a donde sea.— le guiñó un ojo de nuevo.

Jeongin volvió a rodar los ojos pero sonrió enamorado.

— Yaaaa, tonto.

Hyunjin rió y asintió respondiendo la pregunta anterior.

Ambos se levantaron y se sacaron la playera junto a los zapatos, quedando solo en pantalones cortos.

Entrelazaron sus manos y entraron juntos al agua.

Comenzaron a caminar juntos hasta llegar a la parte profunda del mar, estaban en silencio y seguían tomados de la mano.

Hyunjin atrajo al peliazul a su cuerpo con cuidado y acarició dulcemente su carita, sonriéndole embobado, de la misma forma que Jeongin lo hizo también.

— Quedémonos juntos para siempre, ¿si, Jeongin? — murmuró uniendo sus frentes.

— Para siempre, Hyunie.

Blonde Hair ➳ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora