Capítulo 18

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La música aún sonaba por el lugar, pero de forma extraña se sentía aburrido.

—¿Sucede algo? —Dolores se sentó en la silla de a lado.

Camilo negó, —Creo que tengo sueño.

—Deberías de ir a dormir, no creo que haya problema con eso —su hermana sonrió.

—Tú también, el sonido debe ser insoportable para ti —la miró preocupado.

—Un poco, pero estoy acostumbrada.

Miró el lugar y su vista cayó al barandal del piso de arriba, el lugar donde había estado con ______. Sonrió inconscientemente al recordarla.

—Dolores —llamó.

—¿Hmhm?

—¿Cómo te diste cuenta de que estabas enamorada de Mariano?.

Vio cómo su hermana se sonrojó, eso hizo que él se sintiera feliz, ver a su hermana mayor enamorada era algo lindo aunque aveces era insoportable.

—Bueno... —pausó—, ¿podemos hablar de esto afuera?.

Ambos hermanos fueron al jardín frontal y se sentaron sobre el pasto.

—Ahora cuenta —Camilo recargó su cabeza en su brazo.

—Todo empezó cuando nuestra abuela me pidió que lo escuchara, ella quería saber si Mariano era buen partido para Isabela así que...

—¿Lo espiabas?

—Algo así, admito que al principio fue porque mi abuela me lo pedía pero después... —suspiró—, fue por mí. Escucharlo se volvió una adicción.

—¡Mi hermana es una acosadora!

Recibió un manotazo de Dolores —No grites, tonto.

Camilo sólo se acarició donde fue el golpe —Ya ya, lo siento.

—Como te decía, después sólo fue por mí. Escucharlo era divertido, varias de sus actividades me daban ternura y sin darme cuenta me interesé en él. Cuando me enteré sobre mis sentimientos fue cuando la abuela ya tenía planeado todo para presentarlo a Isabela —se encogió de hombros

—Durante la propuesta a nuestra prima, ¿tú ya estabas enamorada de Mariano?

—Yo diría que, me gustaba. Pero actualmente, está confirmado que estoy enamorada de él —sonrió levemente—. A todo esto, ¿por qué preguntas?, tú nunca me escucharías hablar de esto, pero ahora fuiste tú quien comenzó a preguntarme —lo miró de forma sospechosa.

Tenía una idea de que era lo que le sucedía a su hermano, pero prefirió no decir nada y sólo fingir que no tenía idea de lo que pasaba.

—Simplemente me interesé en mi hermana mayor, ¿eso tiene algo de malo? —hizo una expresión de tristeza.

—Fingiré que te creo.

Dolores ladeo un poco la cabeza.

—Salomé te está buscando —siguió escuchando—, quiere bailar contigo.

—Estoy muy cansado para eso —suspiró.

—Oh, al parecer ______ también te busca —siguió escuchando—, quiere bailar.

—No caeré en tu trampa —entrecerró los ojos.

Dolores soltó una risa —Rayos, creí que lo lograría.

Quiso bromear un poco, tal vez con eso tomaría confianza y hablaría de lo que le sucede.

Hubo unos momentos de silencio.

En el Silencio [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora