Capítulo 34

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—¿Y... está? —_______ preguntó a la de moño rojo en cuanto la vio abrir la puerta.

Dolores negó rápidamente, —No, no...

—No lo vi en el pueblo y no he sabido nada de él desde hace días —se veía preocupada.

—Bueno, mi hermanito es muy escurridizo. Tal vez si lo viste pero estaba convertido en otra persona, yo que sé —se encogió de hombros.

________ ladeo un poco su cabeza y justo en ese momento vio como Camilo bajaba las escaleras, veía el suelo de forma seria.

—¿Camilo? —alzó la voz.

Este reconoció la voz y apresuró el paso hasta entrar a la cocina.

—¡Camilo! —llamó pero ya no hubo respuesta. ________ miró molesta a la morena, —¿Por qué me dijiste que no estaba?

—Bueno, si está pero estaba dormido —sonrió nerviosa—. Y cuando lo despiertan se pone muy gruñón —arrugó la nariz.

—Pudiste decírmelo desde el principio —suspiró—. ¿Podrías decirle que lo estaré esperando hoy?, no lo he visto en días... —hizo una mueca.

Miró su reloj, ya casi era hora de ir a su trabajo temporal durante las vacaciones, junto a los burros.

—Hey —apareció Luisa detrás de su prima—, ¿ahora vamos juntas al trabajo? —sonrió.

________ elevó sus labios, —Claro, al menos venir aquí valió la pena.

Luisa la miró curiosa ante el comentario pero sólo se limitó a salir de casita.

—Ten buen día, Dolores —se despidió la castaña.

—Igual —sonrió y cerró la puerta rápidamente.

La de falda roja soltó un suspiro, caminó a la cocina y al entrar se encontró con su hermano menor.

—¿Qué es todo este show?, ¿me lo dirás ya? —frunció el ceño.

Camilo desvió la mirada, —No quiero hablar de eso.

—¿Sucede algo malo con _______?, la has estado evitando por casi tres días.

—No la estoy evitando.

Dolores alzó una ceja, —Claro —alargó la palabra—. Camilo, incluso me has pedido mentirle, ¿por qué me pedirías que le diga que no estás cuando estás? —cruzó sus brazos.

—¡Sólo... déjame —se puso de pie.

—Camilo —llamó.

Este la ignoró y siguió caminando.

—Camilo —fue tras él.

El mencionado sólo subió las escaleras y fue directo a su habitación.

—Claro, tú sigue ignorandola y yo hago el trabajo difícil —lo miró molesta.

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—Que tenga buen día —despidió a un cliente.

—Es todo por hoy —avisó su abuela.

_______ asintió, salió a las mesas que estaban fuera y recogió las sillas. El cielo ya estaba oscureciendo, se detuvo un poco para admirar los tonos que había en este.

Él no vino...

Suspiró, —No, aún no acaba el día —intentó animarse.

En el Silencio [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora