Todos hemos soñado con historias con cantantes, actores, modelos e incluso con amores literarios en este libro encontrarás muchas historias con esos personajes
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La fiesta por el cumpleaños de de Polly Gray era un festín entre los gitanos y amigos del clan Shelby excepto para dos personas.
Tommy bebía su trago de ron perdido en su memoria escuchando a sus hermanos hablar junto a él pero realmente no prestaba atención mirando a la lejanía a Sabine que también estaba perdida en sus pensamientos mientras trataba de entablar una conversación con Lizzie.
-Es un idiota Sab-dijo Lizzie poniendo una mano sobre el hombro de su amiga.
-Lo se Lizz, pensé que podría olvidarlo y perdonarlo-empezó a decir Sabine-pensé que podía callar pero no puedo.
-No te sientas culpable tu siempre has sido la mejor mujer tanto para Tommy como para tus hijos-hablo la pelinegra asintiendo.
-Gracias-agradeció Sabine sonriendo de lado para que su amiga no se preocupará más con el tema.
Ambas mujeres fueron interrumpidas por la gruesa y divertida voz de Alfie.
-¿Porqué dos mujeres tan hermosas están tan solas?-preguntó el judío saludando con un beso en la mejilla a Lizzie y con otro a Sabine a la que retuvo más tiempo ya que la envolvió en un abrazó gesto que fue notado por Thomas.
La sangre de Tommy se calentó y la fuiria comenzó al ver las manos de Alfie en el cuerpo de su esposa que reía dulcemente por algo que el judío dijo y eso lo molestaba mucho.
Desde hace semanas que la pelea en su oficina sucedió, semanas en las que el trataba de reparar su error pero parecía que lo único que hacía era empeorar la situación.
-¿Porqué no vas por tu mujer Tommy?-preguntó John dejando su copa en la mesa-ve y separala del judío.
-no digas esas cosas Johny boy-interrumpió Arthur negando hacia sus hermanos-Tommy engaño a Sab y ella está siendo un amor de persona al seguir aguantandolo, Linda ya me hubiera cortado la garganta si estuviera en su lugar.
Tommy ignoro a sus hermanos y bajo la mirada. El sabía que su historia con Sabine estaba mal y no le gustaba el final que tendrían.
Ella era su hogar, siempre lo había sido pero por una estupidez todo se fue al caño, ahora parecía que su hogar lo había exiliado y no había forma de regreso.
Desde el otro lado de la habitación estaba Sabine teniendo una conversación con Alfie que le contaba sobre su nueva casa en la playa pero ella no podía poner atención a sus palabras, no cuando sentía la mirada de Thomas sobre ello, sabía que su marido estaba molesto al pensar que Alfie estaba tomando su lugar pero ella nunca le haría eso. Incluso cuando él la había lastimado de mil formas.
-Tu y el Shelby están mal ¿cierto?-preguntó Alfie ladeando su cabeza.
-Se acostó con otra y me mintió por meses-contestó la mujer mirando a su amigo.
-¿Y sigues con el después de eso?-cuestionó el hombro alzando una de sus cejas.
-Pensé que podia soportarlo Alfie-respondió Sabine con una mueca-pero no puedo Alf, le diré a Tommy que quiero terminar esto.
Casi como si Tommy escuchara lo que dijo camino con paso fuerte y decidido hacia su mujer y sin importarle la precencia de Alfie tomó el brazo de Sabine y la llevó a su oficina, donde hace semanas su secreto había sido revelado.
-no me hablas por semanas, no me dejas disculparme y al menor descuido te veo reír con Solomon-dijo Tommy cruzado de brazos.
-no puedes culparme por tratar de ser feliz-respondió la castaña con un gesto incrédulo en su rostro.
-eso mismo queria hacer yo con Mary-dijo Thomas sin pensar que esas palabras acabarían totalmente con su matrimonio.
-desde el principio estuvimos en una línea delgada-dijo Sabine abrazándose así misma-lo de May solo fue la gota que rebasó el vaso, ni siquiera escuchabas lo que yo tenía que decir.
-No me diste señales de que nuestro matrimonio fuera mal-dijo Tom cruzado de brazos.
-di tantas señales-explico la castaña con lágrimas en sus ojos-nunca logré entenderte del todo Tommy pero nunca pensé que fueras a traicionarme de esa manera.
-cambiare Sab, te juro que lo voy a hacer-pidió el Shelby dejándose ver vulnerable ante su esposa.
-no puedo Tom, este es el fin-dictó la mujer bajando la mirada sin poder ser capaz de ver a su marido.
Este era el final de su historia, donde ambos habían sido exiliados uno del otro.
