Todos hemos soñado con historias con cantantes, actores, modelos e incluso con amores literarios en este libro encontrarás muchas historias con esos personajes
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Alexia no prestaba atención a lo que Simón y Clary decían frente a ella. Se encontraba en una especie de trance.
Se suponía que debía estar feliz el final de Valentine y Jonathan Morgenstern había llegado y ambos estaban muertos.
Pero la parisina no podía mantener la calma, el dolor de haber perdido a su hermano Sebastián Verlac la seguía carcomiendo. Si tan solo se hubiera dado cuenta que Jonathan era un impostor pudo haberlo salvado.
A tan solo unos metros de ella Alec la veía prestando atención a cada gesto que la rubia hacía notando que su mirada estaba apagada y su semblante decaído.
El Lightwood quería ir y reconfortarla, quería hacer que esa noche solitaria dejara de ser tan fría para ella pero no sabía cómo, antes de la muerte del primo de Alexia está y Alec eran inseparables, se besaban cuando nadie los veía y solían tomarse las manos por las noches que compartían pero ahora todo era diferente el se sentía atado de manos y no sabía cómo ayudarla.
-Se ve triste-mencionó Jace junto a Alec haciendo que dejara de mirar a la rubia-¿porque estas aquí bebiendo cuando puedes ir con tu novia y hacerla sentir mejor?-preguntó el rubio codeando a su parbatai.
-No es mi novia-negó Alec bajando la mirada.
-Tal vez no oficial pero se que la amas-siguió Jace-Izzy me dijo que los vio besando y tonteando en el invernadero.
Alec cerró los ojos por unos segundos recordando ese día, recordando lo seguro que se sentía en sus brazos.
-Tomaré un poco de aire-dijo Alec limitándose a responder dando una última mirada a la rubia.
El peli negro sintió el aire fresco que la noche le daba y soltando un suspiro trato de poner en orden sus pensamientos pero el sonido de la puerta del bar y un sollozo lo hizo girar y encontrar a la dueña de sus pensamientos.
-No sabía que estabas aquí-dijo Alexia limpiando sus lágrimas.
-Quería escapar un poco de la gente en el bar-respondió Alec sintiéndose imponente, que quería quitar todo el dolor que Alexia sentía.
-Te entiendo-asintió la rubia-regresaré al instituto, sólo Quero descansar.
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-espera-llamó Alec tomando el antebrazo de la rubia-dime cómo puedo ayudarte, como puedo quitar eso dolor de ti.
-Pensé que cuando Jonathan estuviera muerto descansaría pero no-dijo con tristeza la joven-me siento insegura, siento que en algún momento el volverá y me asesinara.
-No tienes que tener miedo Ale porque yo te voy a proteger siempre-dijo el cazador poniendo sus manos sobre los hombros de la chica-siempre estarás segura entre mis brazos.
-¿que pasa si cuando te necesito no estas ahí?-preguntó Alexia con lagrimas en sus mejillas.
-Entonces solo llama mi nombre y correré a ti, incluso si tengo que cruzar la oscuridad llegare a ti, siempre lo hare.
Alexia Verlac sonrió hacia el pelinegro y poso sus manos alrededor del torso de Alec colocando su cabeza en el pecho de este escuchando asi el corazón del joven sobre su oreja.
Alec respondió el abrazo y con delicadeza tomo el rostro de la rubia entre sus manos para verla cara a cara y con una sonrisa junto sus labios a los de ella sintiendo una corriente eléctrica que los envolvió a ambos.
-Jace me debe 100 dólares-dijo la voz de Izzy interrumpiendo el beso de los jovenes amantes-le dije que estaban besándose.
-Solo vete Izz-dijo Alec escondiendo su cara en el cuello de la rubia que sonreía aun acariciando su nuca.
