Prólogo

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Las llantas rechinaron a la fricción contra el asfalto y el viento en la cara del pelirrojo por la velocidad lo hacía sentir con mucha vida. La persecución de aquel auto blanco se volvía más salvaje a cada segundo, pues de pronto ya no solo eran él y su amigo pelinegro en el auto, uno de los hombres a los cueles perseguían había salido asomado por la ventana del vehículo y comenzaba a disiparles al par de jóvenes.

Ambos autos corrían a toda velocidad en una autopista abierta, e incluso en esa situación Eijiro podía sentir la victoria en sus manos mientras más cerca estaban del auto blanco, sin embargo, dicha victoria se le resbalo pronto de sus dedos cuando una de las balas dio directo a una de sus ruedas, haciendo que perdiera el equilibrio y volcaran el transporte.

Todo paso demasiado rápido las vueltas que dio el vehículo, el grito de su amigo, y el sonido de los cristales rompiéndose, incluso juraría que escucho como el auto de enfrente frenaba.

Cuando volvió abrir los ojos lo primero que hizo fue buscar a su compañero con la mirada, el auto estaba boca abajo por los que, gracias a los cinturones de seguridad, ambos chicos estaban en sus debidos asientos, Sero tosía por el humo a su alrededor que, por cierto, hacia complicado ver bien lo que sucedía dentro y fuera de su, ya arruinado, transporte. Eso solo provoco que Eijiro, preso del pánico, desabrochara su cinturón para poder sacarlo de ahí lo antes posible, antes de que algo peor pasara.

Fue así que con todas sus fuerzas arrastro a un inconsciente pelinegro lo más lejos que puedo del peligro. Estaba agotado y por ello no había prestado atención a su alrededor, incluso llego a creer que a los que perseguían ya se habían dado a la fuga. Grave error.

Se recostó a un lado del chico para recuperar algo de fuerza cuando de pronto unos pasos acercándose lo obligaron a abrir los ojos. Ahí estaba. Enfrente suyo el hombre que les había disparado, era alto y su cara estaba completamente cubierta con una mascarilla negra y una capucha de su traje, el pelirrojo quiso levantarse y someterlo, pero las heridas no lo dejaron si quiera moverse un poco. El encapuchado comenzó a reír y se agacho para hablarle con cinismo en el oído del joven ensangrentado.

- Eres demasiado lindo para morir, ¿no crees, Kirishima? - dijo aquel hombre apuntado su arma a la cabeza de pelirrojo.

- Así que sí eres quien creí, solo te diré que tu familia me da asco. - escupió mirándole a los ojos y juraría que nunca había visto una mirada más bonita que la del asesino, sus ojos color carmín daban la ilusión de brillar en la oscuridad, atrapando completamente a su enemigo con esa simple mirada que gritaba "vas a morir", el joven de pelo teñido rio ante su pensamiento masoquista, "¿en qué estaba pensando?"

Tan rápido como el enmascarado cargaba su arma para dispararle luces en el cielo iluminaron la escena, y aun con más fuerza el chico sangrante rió más fuerte, sus refuerzos habían llegado justo a tiempo. Sin nada más por hacer ambas personas que habían sido perseguidas entraron al auto y condujeron lo más rápido que posible alejándose de ahí.

El helicóptero descendió a tierra firme para auxiliar a los accidentados, después de todo Kirishima Eijiro era hijo de las mujeres Kirishima, líderes de las mafias más poderosas de todo Japón.

espero les agrade :) le puse mucho amor 

Un pequeño trato   [kiribaku]Where stories live. Discover now