~Capítulo 27~

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Vacío.

Así es como se sentía, como si vaciaran su alma por completo, no recordaba nada de camino a su hogar, Sero e Iida hablaron en el trascurso del viaje, pero no supo de que, sus guardias de la entrada lo recibieron entusiasmados de verlo y él no sabía si les había respondido o no. Entrar a la casa fue ver todo en cámara lenta: globos de colores, un pastel y serpentina volando, era estar en una pelicula antigua, inclusive él se movía lento, los sonidos eran sordos y los colores opacos.

Unos brazos lo envolvieron y luego un par más; fue como sus sentidos se activaran con máxima capacidad al mismo tiempo. Cerró los ojos debido a ese golpe de realidad.

- Ei- chilló Azumi, aun aferrada a su hijo- mi amor, no te vuelvas a ir tanto tiempo.

- Déjalo respirar, cariño- la voz de Kyoko se escuchó demasiado fuerte, pese a que estaba hablando normal. Solo era Eijiro con sus sentidos muy agudos.

El par de mujeres le dieron su espacio, sin embargo, cada una de sus manos estaban ligadas a cada madre; le sonreían con dulzura en espera que él dijera algo, pero lo único que hizo fue a ver a la pelinegra.

Eijiro sabía de quien era hijo: Azumi y Kyoko Kirishima, no obstante era obvio que no fue concebido por las dos, Azumi era su madre biológica, él había sido producto de algo llamado inseminación artificial, o eso creyó. Le habían dicho que el donante fue un hombre del pueblo natal de Azumi, él había visto los registros, le habían dicho que el color de sus ojos era de parte del padre, que era el producto de un amor. Todo lo que pensó saber, todo lo que creyó que fue real no lo era. Por lo menos eso era lo que leyó en aquellos papeles, sin embargo, su corazón se negaba a aceptarlo, no lo sentía verdad; Katsuki no era su hermano, Masaru no era su padre y Azumi no podía ser una mentirosa.

Eso no importa; que yo lo crea o no, es estúpido. Misma sangre o no, lo que tuve con Bakugo nunca fue real.

- Ei, ¿te sientes bien cariño? - le preguntó la pelirroja- si estás cansado por el viaje, podemos...

- Nunca estuve de viaje- la interrumpió inesperadamente.

Alejó su mirada de la azabache, buscando otro punto de enfoque con tal de no verla, no podía. Por otro lado, Kyoko no paso por alto lo que dijo.

- ¿Qué dijiste? - preguntó como si no hubiese escuchado bien.

- Jamás salí de Japón- repitió- estuve aquí todo el tiempo con... alguien.

En otro tipo de situación, ambas se habrían emocionado por el hecho de un romance, pero gracias a la expresión veían del pelirrojo supieron que por lo menos no era positivo. La mayor lo invitó a proseguir, más a sus espaldas oyó a Hanta toser; le restó importancia y continuo.

No hablo sobre su amor, o a falta de este. Hablar de ello era inútil ¿Cómo explicar que te rompieron un corazón lleno de ilusiones, cuando quien lo ilusionó fuiste tú?

 Hablar de ello era inútil ¿Cómo explicar que te rompieron un corazón lleno de ilusiones, cuando quien lo ilusionó fuiste tú?

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Un pequeño trato   [kiribaku]Where stories live. Discover now