~Capítulo 12~

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"mierda"

Había pasado ya de las diez y Bakugo no apareció. No sabía que esperaba realmente, era obvio que lo de "tener sexo" solo lo había dicho para alterarlo, le había mentido obviamente. Siendo sincero no entendía al rubio, de pronto cambiaba de opinión y era muy difícil de descifrar a diferencia de otras personas con las que ha estado, Kirishima pensó que era por ello que no lo había aniquilado aun, la intriga que provocaba su enemigo solo era un obstáculo, sin contar que siempre que parecía que podría llevar a cabo su labor algo o alguien lo impedía.

...

Paso otra hora más y el pelirrojo se resignó a quedar plantando, estaba agotado y no iba a manejar de vuelta a la ciudad en ese estado. Se levantó de la cama y se metió a la ducha para despejar su mente y por fin irse a dormir.

Mientras este estaba terminando no escuchó que la puerta principal se abría.

El cenizo entró captando la poca seguridad que poseían los Kirishima en cuanto su persona se trataba. Camino por la cabaña un poco sin encontrar al dichoso anfitrión. En la sala vio una computadora color rojo con pegatinas de músculos y bandas de rock.

"¿es un niño o qué?", pensado. Era obvio a quien le pertenecía.

Recordó el USB que había mencionado Dabi, por lo que se apresuró a investigar, siempre alerta que los pelos de mierda no apareciera. El servidor solo tenía películas de superhéroes y anime. Buscaba de prisa. Fue cuando escucho un sonido sordo en la habitación de fondo que cogió un USB que solía cargar y transfirió todos los archivos para revisarlos después.

Sin embargo, no cargaba de prisa, y juraría que escucho una puerta abrirse.

Escondió el computador detrás de uno de los sofás y se acercó al cuarto, al pisar la manera rechino.

- ¿Sero? - la voz del pelirrojo resonó . ¿Quién mierda era Sero? - Decidí quedarme, espera, ya salgo.

El cenizo se paró frente al umbral, recibiendo una expresión de sorpresa por parte de Kirishima.

- ¿No era yo a quien esperabas? - sonrió cínico

- No creí que vendrías- susurro como si acabara de ver un fantasma.

- Así que le hablaste a alguien más.

- ¿Qué? No- dijo de prisa- espera, ¿por qué me excuso? tú eres el que no llegó.

- Pues ya estoy aquí- entro por fin a la habitación.

- Dos horas tarde.

Lo meditó unos segundos, no le diría que se quedó dormido, mucho menos que, en cuanto se despertó vino corriendo. Fue cuando reparo que Eijiro solo los cubría una toalla humada en las caderas.

- Me esperaste- mirándolo de pies a cabeza descaradamente. - Desnudo.

Como lo dijo, el pelirrojo sujeto con fuerza la toalla y se ruborizó.

- ¡Sal de aquí! - gritó.

Katsuki lo volvió a mirar y se introdujo aún más en la habitación cerrando la puerta a su espalda.

Katsuki lo volvió a mirar y se introdujo aún más en la habitación cerrando la puerta a su espalda

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Un pequeño trato   [kiribaku]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant