~Capítulo 24~

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Después de pasar quince minutos sin encontrar nada, mina al fin había accedido al ordenador principal, gracias Jirou la información se mandaría directo a los servidores que tenían en la cabaña. Por otro lado, el pelinegro buscaba bruscamente en los diarios de la biblioteca.

- Ja ¿Quién sigue escribiendo en diarios? - dijo para aliviar la tensión. El chico guardaba imágenes en el móvil sin dirigirle la palabra. - ni Blasty es tan amargado.

Trato de ser amigable desde que lo vio, pero era muy necio este hombre. Admite que le parecía guapo, sin embargo, su actitud era un asco.

- No soy amargado- respondió por primera vez.

- Sé que no te agradamos, pero estamos trabajando juntos, eso debe significar algo.

- ¿Como que?

- ¿La paz entre nosotros? - era algo que ella, en lo personal, anhelaba, aunque fuera imposible. - olvídalo.

Escuchó de Kirishima que él era divertido y bastante relajado, así que se estaba preguntando qué pasaba por su cabeza. El chico la demostró desde un inicio, nadie que tuviera que ver con Bakugo Katsuki era de fiar, por otro lado, su actitud amigable y la amistad que hizo con su amigo eran... no era lo que esperaba.

- Me estas mirando- anuncio sin levantar los ojos.

- Me preguntaba ¿cómo alguien como tu terminó en algo como esto?

- ¿Nunca escuchaste de mí? -cuestionó soberbia. claro que escucho de ella, era famosa por su cinismo.

- Es solo que no eres como creí. Pensé que quería conversar.

Levanto la vista y frunció su ceño. La ignoro todo el tiempo y ahora queria hablar. Curioso.

- Me crio mi hermano mayor y cuando cumplí dieciséis conocí a Blasty- narró aburrida- luego lo mató.

Sero retomó su silencio y siguió buscando entre los libros. Contó eso como si no le importará, ahora él se preguntaba que pasaba por la cabeza de ella, ¿por qué alguien se aliaría con quien mata a alguien que amas?

La pelirrosa encontró una carpeta interesante, mandó todo a la computadora de la cabaña, pero esa carpeta ocupaba un código para continuar. Le pidió ayuda a Denki y este se encargó de hakear. Les quedaban ocho minutos para que les abrieran la puerta.

- Hanta- lo llamo preocupada.

Este se acerco a mirar. Eran tres esquemas humanos con análisis de sangre, anatomía y todo un historial clínico; eran una clase de radiografías con puntos rojos marcados en una zona de especificación del cuerpo. Uno de ellos tenía una cuenta regresiva entre tanto los demás estaban apagados, eran... dispositivos. ¿rastreadores? ¿pero cuenta regresiva?

Sero se encargó que la carpeta fuera enviada de igual manera que el resto de datos. A Ashido no le dio buena espina. El azabache dio cuenta de esa, parecía mortificada.

Las puertas se abrieron pronto y la morena no se movió.

- Mina- la llamó, pero continuó perdida.

La calidad en el tacto del contrario la devolvió a la biblioteca, la miró con cuidado y su mano la sujetaba con delicadez.

La puerta se abrió.

- Hora de irnos. - dijo suavemente y la ayudo a levantarse.

Algo en esas imágenes la asusto demasiado, sentí que el corazón se le detuvo, sin embargo, no de una manera "romántica" sino de terror. Ambos salieron del lugar camino a su punto de encuentro; a las afueras de la propiedad, a espera del resto. Durante el camino el pelinegro no le quito la mirada de encima, no puso tanta atención a lo que observo a su compañera, no obstante, detectó uno que otro espasmo en su cuerpo que se le escapó.

Un pequeño trato   [kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora