~Capítulo 5~

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solo dos

La lengua del contrario recorría su clavícula suave y tiernamente, mientras sus manos acariciaban con lujuria sus muslos. Ambos se encontraban en una húmeda burbuja de excitación donde solamente reinaba el amor de los toques en su piel.

El peliverde gemía su nombre.

La par tenia las camisas a medio desabotonar, no tan abiertas para que se notara a lo lejos, pero lo suficiente para que sus pieles chocaran.

El heterocromatico subió los besos lentamente por todo su cuello hasta llegar a sus labios y apoderarse de ellos.

-To-Todoroki- gimió.

- ¿Todoroki? - dijo sujetando ambas mejillas del pecoso con una sola mano- ¿qué paso con mi nombre?

-Shoto- corrigió- la reunión va acabar pronto, nos pueden ver.

El chico de la cicatriz permaneció a la misma distancia cogiendo de las mejillas a su pareja. Ignoro el comentario y siguió trazando una húmeda hilera de besos por todo el pecho del menor.

Izuku sabía que, a este paso, no tardarían en desnudarse dentro del auto, eso le preocupaba, sin embargo, la excitación que sentía transitar sus nervios era dominante sobre cualquier otra fuerza de voluntad que existiera en él.

Sin poder evitarlo un minuto más el pecoso comento a presionar la cadera del contrario con sus muslos y a mover la suya envolvente. El medio albino respondió con pequeños gruñidos de satisfacción.

Ambos sonreían, se sentía plenos y apasionados. Felices.

Ojalá esa felicidad no hubiera sido interrumpida por un chico, extremadamente enojado, de cabellos arenosos.

El ojirubí tiro con extremada violencia el cuello de su amigo hasta que este cayó al suelo seguido de su acompañante.

- ¡Kacchan! ¿Qué...?- se levantó de inmediato pero su amigo ya había arrancado el vehículo, yéndose, furioso, de la residencia.

El resto de sus colegas venían trotando desde la fiesta. Izuku ayudo a Shoto levantarse y comenzaron a restaurar su vestimenta lo mas rápido posible.

Sus amigas, en especial Yaoyorozu, se veían impacientes. Supuso que por Kacchan, "¿Por qué otra cosa seria?" Gracias al cielo eso provoco que no prestaran tanta atención ante la prometedora posición del joven.

- Admito que esta ha sido de las peores ideas que has tenido, Mina- dijo la castaña.

- ¡¿yo?! Esta no fue mi idea, fue de él- soltó en defensa propia.

- No importa idea de quien haya sido, ¿de acuerdo? volvamos a casa, que alguien más venga por la mercancía mañana.

Todo quedo bajo control de la pelinegra, Midoriya seguía sin entender lo que había pasado, sin embargo, lo mejor sería preguntar en otro momento.

- ¿Quiere que te deje aquí o nos vamos? - el semialbino le susurro inocentemente, pero por más que Izuku lo hubiera deseado, tenía que volver con sus amigas, así que negó y se disculpó con su.... ah... lo que sea que fuera Shoto.

 lo que sea que fuera Shoto

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Un pequeño trato   [kiribaku]Där berättelser lever. Upptäck nu