~Capítulo 29~

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¿por qué contigo?

- ¿no significa nada?

- No significa nada.

Sus bocas volvieron a unirse, esta vez más suaves que antes, disfrutando cada sensación. Tanto su ropa, como la de Katsuki, se fueron desprendiendo lentamente. Sus cuerpos encajaron perfectos como siempre, como si hubieran sido creados justos y los hubieran separado tiempo después; los jadeos se mesclaban con los de su amado, sus labios recorrían sus pechos y cuello, mientras que las manos del cenizo se aferraban en su espalda. Su unión era cálida y cada que sentía el cuerpo del rubio estremecerse de placer le repetía que lo amaba sin recibir respuesta. La mano suave de Bakugo posó en su mejilla y limpio una lagrima.

¿estaba llorando? ¿en qué momento él...?

Al mirar, vio los ojos carmín del chico nublarse; Katsuki, al ser descubierto, estuvo a punto de retirar su mano, cuando Eijiro lo retuvo, se removió bajo sus dedos, le beso la palma y creo un hilo de besos hasta llegar a sus labios, donde susurró su mayor suplica:

- Dime algo- Bakugo movió sus caderas para distraerlo, el pelirrojo estaba en su limite, pero resistiría lo que pudiese solo por oír su voz antes de que se acabara, pues sabía que no tendría otra oportunidad. - por favor.

Mordió su labio inferior. No quería que acábese. No todavía.

El cenizo le besó, para después abrir sus ojos con lentitud; prolongado la espera, el momento en el que, por última vez, se desnudara ante Kirishima.

- Je t'aime – dijo entre suspiros.

- Eso es francés- ya no podía resistirlo, mucho menos con los labios de Katsuki temblar de placer- ¿Qué significa?

- Averígualo tú mismo.Cerró los ojos al sentir su orgasmo. No paso ni dos segundos para que el rubio le siguiera. Un último beso antes de marchar.

...

Je t'aime

De vuelta a su realidad; mirar a Katsuki provocaba que aquella frase rebotara en su mente. Era consiente que debía concentrarse en el "ahora", sin embargo, era demasiado tenso como para no querer a perderse en sus recuerdos.

Ambas familias estaban sentadas alrededor de la mesa sin tocar ni un milímetro de su plato. Sus madres Kyoko, y Azumi estaban sentadas a su derecha mientras que Ochaco, Bakugo, su madre y la señorita Kenji estaban sentados en ese orden del lado opuesto de la mesa. Eijiro propuso que nadie cogiera la cabecera de la mesa demostrando que todos tenían el mismo nivel de importancia en la cena. Todos e excepción suya tenía su mano dominante cerca de sus armas, listos para sacarlas y matarse unos a los otros; por otro lado, pensaba en hacer lo mismo y darse un tiro en la cabeza para acabar con su sufrimiento.

- Hace mucho que no teníamos una cena como esta- dijo Azumi tratando de romper el hielo, aunque lo único que provoco fue la incomodidad de todos, por supuesto lo notó. Miraba mucho a la mayor de los Bakugo. - hola, Mitsuki.

Este sujeto su cubierto con tanta fuerza que los nudillos se pusieron blancos.

Abrió la boca para calmar el ambiente, pero alguien más se le adelanto.

- No vinimos a convivir- soltó Katsuki- venimos a hablar sobre nuestro enemigo en común.

- ¿Cómo sabemos que en realidad esto no lo están haciendo ustedes? - dijo despectiva la pelirroja

- Mamá- le llamó entre dientes.

- A diferencia de ustedes, nosotros cumplimos nuestras palabras- respondió casi a gritos el cenizo, mirando a la pelinegra.

Un pequeño trato   [kiribaku]Where stories live. Discover now