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-Realmente no doy créditos a lo que mis ojos ven.

Namjoon prácticamente se estaba riendo de mí en mis propias narices, tan rápido como posé mi mirada en el chico RHC (Rey del Hielo Caliente) la aparté del mismo modo con un ligero rubor tiñendo mis mejillas. Podía ver el destello de perversión en los ojos de él, sentí el rubor de mis mejillas incrementando hasta llegar al cogote.
Arreglé mi garganta pareciendo severa.

-No sé a lo que te refieres. -farfullé luciendo completamente inocente.
-Oh, claro que lo sabes. Te gusta al chico extraño. No me sorprende, después de todo tiene una larga fila esperando en su espalda rígida.

Nuevamente me volví a sonrojar, estaba segura que en estos precisos instantes parecía un melocotón en cosecha. Definitivamente debía de dejar de tener mis fantasías de ensueños delante de Namjoon, él era fastidioso.

Era peor que un niño de sexto básico queriendo fastidiar a todo el mundo.

Siempre se empecinaba en irritarme hasta que me salga humo por las orejas, y no entendía aquella personalidad. Pero no me importaba realmente, porque siempre pretendía para él tener oídos sordos. A mi compañero de Filosofía le gustaba bastante hacer que a la gente le salieran canas verdes, era como el hijo de Satanás que todos querían mantenerse al margen. Aunque era bastante guapo, tenía el cabello carbón al igual que sus ojos oscuros y divertidos. Supongo que debía de tener algunas seguidoras en el instituto Wells Greg, pero estaba segurísima que en el momento que él abría su gigante hocico disminuiría las expectativas de él.

-Basta. No es cierto -me rehusaba a darle el placer de que estaba acertando, no quería ser una de las siguientes chicas que se declaraban muertas por el candente trasero de Min Yoongi y sus penetrantes y ácidos ojos mieles. Y ni hablar de los exuberantes labios rosados que podía ser algo vital para cualquier chica, y las más eróticas fantasías de ensueños-. Aparte, deja de seguir observándome como el psicópata que eres. -susurré con fuerza.

Namjoon soltó una carcajada que atrajo la atención de todos nuestros compañeros, al igual que la del maestro Simond.

-¿Disculpen? ¿Hay algún chiste que desearía comentar para la clase, señoritos? -me entumecí en mi pupitre susurrando un ''Oh.Dios.No''

Pedí con todas las fuerzas posibles para que Namjoon no me avergonzara, lo miré rogándole con la mirada mientras él me miraba con diversión-. Kim Namjoon, cierra tu bocota te lo pido, por favor. -nunca en mi maldita vida me había sentido tan desesperada, mi compañero dejó que una sonrisa saliera de las comisuras de sus labios mientras arqueaba una ceja.

Joooooder.

-Tengo algo muy gracioso, mi compañera Chloe Gilbert acaba de declararse otra admiradora del ''Rey-del-hielo''

Las risas se escucharon sin necesidad de presentirlas al igual que los suspiros de sorpresa, en estos instantes quería que la tierra me tragara y enterrar dos dagas en el pecho de mi compañero. Me encogí en mi asiento de testigo de la mirada penosa que me daba el maestro ante la humillación, no quería ni si quiera mirar al banco de Yoongi, pero sentía la necesidad de hacerlo. Él ni si quiera me miraba y eso aumentó la humillación en mi pecho mientras me hundía en mi pupitre como si aquello fuera la solución perfecta para desaparecer, sabía que a pesar de que él ni si quiera me hubiera dedicado una mirada, era de testigo que no era un sordo.

Odiaba a Kim Namjoon con todas mis fuerzas y esperaba verlo bajo tumba para escupir en su lápida.

Bueno, quizás no tanto. Pero probablemente sí.

Creo que cuando la campana de receso sonó, fui la primera en colocarme de píe queriendo marcharme como una ráfaga de viento. La vergüenza había estado desmoronándose pero el rencor que sentía hacia Namjoon seguía intacto, al igual que mis ganas de estrujarlo con mis propias manos.
Apreté los libros a mi pecho caminando por los pasillos con parsimonia (o al menos así trataba de mostrarme) Cuando Jhonny un año más que yo se colocó frente a mí con una sonrisa maliciosa.

Dark Sides | Min Yoongi [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora