12

4.1K 295 16
                                    

En la madrugada cuando me desperté, enseguida el sol me atacó como si fuese su presa favorita. Era increíble los rayos turbadores que se colaban por mi ventana. Me levanté a prisa a cerrar las cortinas y me pregunté qué hora era. Abrí mi celular y me di cuenta de que eran las siete y media.

¡Oh.no!

Me duché a toda prisa lanzando mi pijama hacia el suelo desnudándome y enseguida me metí a la ducha, con agua fría. A los nueve minutos después (Un récord mundial) Me vestí a toda prisa con un ligero vestido de algodón color azafrán y me até el cabello en una cola desordenada. Tomé mi mochila y bajé a la primera planta que mamá estaba haciéndose tostadas con rapidez.

—¿Por qué no me despertaste? —chillé como si mi perro se hubiera perdido. Mamá se tragó la tostada antes de contestarme con las mejillas rellenas.

—¡Yo también me quedé dormida Loe! Mi jefa me retará y no hará más que ponerme horas extras si no llego a las justas siete cuarenta. ¡Papá no está!

—Oh de eso me di cuenta. Adiós mamá. —le besé la mejilla.

—¿No desayunarás?

—Claro, también si quieres hacemos un picnic. —añadí cáustica. Mamá me pulverizó con la mirada—. ¡Te amo!
Y tomé las llaves de mi Volkswagen para irme al instituto a toda prisa haciendo que de los tubos salieran un fuerte humo debido a la velocidad.
Descendí cerrando la puerta del auto y prácticamente yéndome como si alguien me estuviera persiguiendo.
Nadie estaba en los pasillos. Y debía de ser porque eran las ocho diez. Fui a la inspectoría.

—Disculpe, ¿Podría darme un pase para entrar?

El director de cabello blanco y tez increíblemente arrugada, con ojos pequeños como su boca y una enorme nariz. La camiseta estaría apunto de largarse a volar como un volcán furioso de los pantalones. Un jersey color caqui y un estómago tan grande como el de los zumos.

—Tendría que explicarme el motivo de su atraso. —su voz era apretada e ininteligible.

—Me quedé dormida.

—¿Siquiera esa es una excusa eficaz, señorita Gilbert?

—Bueno, no... pero, estoy siendo franca.

—Puede pedirle un pase a la señorita de secretaría. Tengo bastantes cosas importantes por atender.

—Vale.

¡Viejo! Tenía la oportunidad de haberme hecho uno, ¿Para qué pasarme a otro sitio? Eso aumentaría más mi retraso. Cosa no muy común en mí, ya que siempre solía llegar temprano.

—¿Me da su nombre y aula? —la voz melodiosa de la secretaria me llamó la atención.

Se lo di impaciente moviendo mi píe de arriba hacia abajo. Me lo entregó en los siguientes dos minutos y yo lo tomé con ímpetu. Volví a correr hacia Química y cuando el maestro me vio hizo una cara, pero le coloqué el pase para que no me regañara. Entré y enseguida todos se quedaron en silencio y los cotilleos comenzaron de un lado a otro. Me fui a mi asiento pálida y agotada, no entendía porque todos me miraban mal y hacían comentarios entre sí.

—¿Qué ocurre? —susurré por lo bajo a Sky, quien no me miraba. Levantó la vista un poco apenada.

—No se lo merecía, Chloe.

Fruncí el entrecejo.

—¿De qué estás hablando?

Antes de que pudiese seguir hablando el maestro nos silenció, y todos me miraban de una manera extraña. Como si quisiesen que yo desapareciera con un «Adacadabra».

Dark Sides | Min Yoongi [EDITANDO]Where stories live. Discover now