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-Si me contesta quizás le pueda responder.
-Está bien. -asentí frenéticamente quitándome algunas lágrimas-. Yo... desde hace dos días... creo... -susurré temblando. El doctor asintió y me sonrió.
-No pasa nada. Tiene que tomarse la pastilla ahora mismo porque más allá de las setenta y dos horas se puede causar un embarazo imprevisto. -dijo abriendo un cajón y llenando un vaso de agua. Me entregó una pastilla que no dudé en tragármela-. Sepa usted que acaba de evitar un embarazo. Imagínese que ahora mismo está en su casa ya causando ya la gestación, le caería terriblemente mal a sus padres y a su novio ¿Verdad? Siempre ocurre lo mismo en los adolescentes. -habló en un tono serio. Asentí mientras me recostaba en la almohada aliviada. Oh demonios, estaba segura de que estaba tan pálida como la leche.-. Tiene que ser más cuidadosa con todo esto señorita. No le impido que mantenga relaciones, pero evítese todo esto tomando precauciones más exigentes como el preservativo.
-¿Mis padres lo saben... o alguien? -susurré temblando como una hoja en pleno invierno.
-Supuse que sus padres tenían todo el derecho a saberlo.
-¿¡Qué?! -exclamé reincorporándome pidiendo a gritos que fuera una mala broma pesada.
-Lo lamento, pero mi deber es exhortar la verdad, jovencita. Sus padres tienen derecho a saberlo porque entonces ellos pueden estar al margen de su hija.
Oh.Dios.No.
Volví a derrumbarme en mi camilla pensando, ¿Qué hubiese pasado si hubiera quedado embarazada? Sabía que mis padres no me despreciarían y me darían su apoyo pero sería terriblemente difícil, y sobre todo, Suga no estaría preparado en lo absoluto para esto. Si acabábamos de comenzar una relación (Que no era una) A base de secretos. Me quise poner de píe pero un cable me rodeaba la muñeca.
-¿Puede quitarme esto, por favor? Quiero irme a casa. -susurré en shock.
-Las enfermeras vendrán en unos minutos, hablo con sus padres para que firmen la autorización de marcha y ellos pueden llevarla a casa. -sonrió antes de marcharse por la puerta y dejándome sola con un vacío infinito. Temía, temía mucho. Y no sabía por qué. Tenía un mal presentimiento justo en mi pecho.
En veinte minutos después mi madre estuvo frente a mí, al igual que papá y Sammy. Ambos traían una mirada de decepción, papá estaba enfurecido y supe que estaba dispuesto a matar a cualquiera que se le cruzase. Mamá estaba chasqueada y a la vez asustada. Podía percibirlo. En cambio, Sam se dirigió hacia mí para abrazarme con todas sus fuerzas.
-Loe... ¿Estás bien? Espero que sí porque realmente te extrañé mucho, y quiero que juegues conmigo a los vídeojuegos que me compró mamá hace unos días. -la voz inocente y tierna de Sam me llenó un vacío. Le sonreí a medias acariciándole el rostro.
-Estoy bien, prometo que jugaremos.
-Tus maletas están en casa, tendremos una severa conversación allí. -dijo papá cerrando sus puños antes de tomar a Sam en sus brazos y marcharse a zancadas. Suspiré y miré a mamá suplicante. Ella me tomó de la mano.
-No puedo estar enojada contigo, cariño. Pero estoy muy dolida de que me hayas ocultado una cosa tan grave como que ya no eras... virgen. Realmente pensé que podría ser una mamá-amiga. Quise ser una madre ejemplar, y en alguien que pudieras confiar. Porque cuando yo tenía tu edad anhelaba a una madre así, y nunca la pude tener. -susurró dolida. Le apreté la mano con fuerza evitando lágrimas.
-Lo lamento, mamá. -fue lo único que dije a pesar de que por dentro estaba destrozada.
-No me lo digas a mí, díselo a tu padre. Está enfadado, tan enfadado que probablemente desee estrangularte.
-¿No lo estás tú? -pregunté suspicaz.
-Lo estaría, pero al menos no estás embarazada. Y si lo estuvieses te comprendería cariño, me ocurrió lo mismo y no dejaría de apoyarte. No me gustaría que ocurriese lo mismo que me hizo mamá a mí. Echarme de la casa.
-Oh mamá... -susurré abrazándola con todas mis fuerzas-. Te amo mucho, y enserio perdóname por ocultártelo. Juro que quería decírtelo pero tenía miedo a que me vieras de otro modo.
-Cariño... -se rio suave-. Nunca te vería de otro modo. Por favor, cumplirás los dieciocho y a tu edad también tenía las hormonas alborotadas. Y por cierto, el chico es guapísimo... en verdad que sí. -habló sorprendida, como si estuviese orgullosa de que pueda estar con alguien tan guapo. Me reí, pero mamá no lo hizo conmigo-. Lástima que ya no lo volverás a ver...
-¿Qué? -mi sonrisa automáticamente se desvaneció.
-Papá estuvo a punto de golpearlo antes de que el muchacho se marchara. Le dijo que se alejara de ti si no quería estar en serios problemas.
-¡¿Qué hizo qué?! -grité estupefacta.
-Vale, toma tu bolso y nos marchamos. -hizo la que no me oyó y salió por las puertas, mientras que yo no paraba de seguirla y reiterándole mi pregunta. Y no me respondió hasta que los montamos en el auto, ni cuando llegamos a casa. Y en el camino, pude ver como los nudillos de papá se convertían en amarillos con la tanta impotencia que sujetaba la palanca. Tragué saliva sonoramente, nunca había visto a papá tan enfadado. Sammy se reía inocente mientras alzaba sus manitas para que jugáramos al «Cho-co-la-la».
Y cuando llegamos, estaba tan asustada que dije:
-Me iré a mi habitación porque realmente estoy muy cansada.
-Tú no te vas a ninguna parte. -habló papá con fuerza y manifestación-. Eve, Sam, déjennos solos.
Mamá tomó en sus brazos a Sam mientras que él no paraba de preguntar «¿Por qué papi está tan enfadado?» Y mamá decía «No es nada cielo, lo que pasa es que quiere hablar cosas íntimas con tu hermanita». Me hizo sentarme y enseguida se colocó en el sofá frente a mí. No paré de mecer mi dedo índice en el brazo del sofá tan nerviosa que sentía que me caían las gotas de sudor-. En estos momentos estoy muy enfadado contigo, Chloe Gilbert.
-Papá...
-Escúchame. -me taladró con sus ojos azules fulminándome-. No quiero ser tan perverso, porque soy tu padre. Pero realmente estoy enfadado contigo, ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste después de que te advertí a que no te juntases con ese muchacho?
-Papá... -volví a repetir.
-No me interrumpas. -exigió asevero. Miré hacia otro lado incapaz de mirarle a los ojos-. Repíteme lo que te dije cuando cenábamos. Repíteme lo que te dije cuando te entregué ese diario de su familia. Repítemelo.
-Que no me juntara con Min Yoon Gi... -susurré sin verlo a los ojos.
-¿Por qué me rebatiste, Chloe Gilbert?
-Porque en verdad me gusta papá. Sabes que nunca te desobedecería pero, ¿Qué puedo hacer si estoy enamorada? -por primera vez lo miré a los ojos, y estaba muy enfadado. Una mezcla de irritación y celos.
-¡Y por eso casi acabaste embarazada! ¿Imaginas lo hubieras estado, Chloe? ¿Madre a los cuantos? ¿Diecisiete...?
-¡No fue planeado! Lo prometo. Y por favor, deja de mirarme como si fuera la peor cosa del mundo.
-No lo eres Chloe, pero...
-¿Qué pasaría si hubiera quedado embarazada, papá? ¿Me hubieras echado de casa? -el hecho de que él estuviese enfadado por la idea de que yo casi me iba a quedar embarazada me enfadó mucho más.
-¡Nunca en la vida vuelvas a decir algo así! -gritó desconcertado-. Nunca haría algo así, por el simple hecho de que con tu madre pasamos por lo mismo. Y no queremos que cometas el mismo error.
-Pero...
-Por eso te prohíbo estrictamente juntarte con ese muchacho. Es mala influencia, ¡Te lo he dicho ya! No mas que esta semana estuvo en la cárcel por cuatro días enteros, ¿Y sabes por qué? Por casi matar a un muchacho a golpes, ¿Crees que eso es algo bueno, algo digno de alabar? -dijo cáustico-. No Chloe, ¿Por qué si no lo hizo con un chico no puede hacer lo mismo contigo?
-¡Papá! ¡Él no es así! ¿Entiendes? ¡Él no es lo que todos piensan y rumorean! Suga es bueno, lo prometo. Cree en mí. -le tomé de las manos.

-No voy a creer en ti porque sé los instintos de padre, y él no me trae buena espina. Y te lo he dicho millones de veces. No quiero que te juntes más con ese jovencito, y si me entero Chloe... si me entero de que lo has vuelto a hacer. Haría algo que nunca antes había hecho. -puso enfrente de mí el dedo regañador.
-¿Me golpearás, papá? -dije al borde de las lágrimas. Él simplemente no contestó, se puso de píe y se marchó. Y ahí me dije que sí; él lo haría. Me quedé inmóvil en el sofá, llorando y al mismo tiempo preguntándome, «¿Cómo la felicidad podía derrumbarse tan pronto?»

Dark Sides | Min Yoongi [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora