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¿Contarle a alguien sobre qué?

Fruncí el ceño observándolo, sabía que estaba enojado pero no sabía qué era lo que había hecho en esos precisos instantes. Él me dio la espalda y se sentó en una roca cruzando sus tobillos y me miró simultáneamente-. ¿Podrías decirme qué necesitas? -el tono de su voz era duro y seco.

Su expresión calculadora me estaba poniendo incómoda.

-Es un proyecto científico. Necesitaba inspeccionar un poco sobre las estrellas, y pensé que tú tendrías experiencia en ello.

Su rostro distendió.

-¿No tienes compañera o qué?
-Sí. Pero me abandonó debido a su falta de neuronas.
-Es la chica con quién discutías esta tarde, ¿Verdad?

Si. Cuando me sonreíste.

-Es una cría. -arreglé el zoom de la cámara óptica sin prestarle atención a su drástico cambio de temperamento. Él era bipolar. Increíblemente bipolar-. Le gusta que todo quede en sus manos.-Me pregunté si estaba hablando mal de ella delante de Yoongi para dejarla mal, o porque necesitaba desahogarme.

Quizás eran ambas.

Aparte, un poco de hostilidad no le hace mal a nadie, ¿Verdad?

-Es una bruja perversa. Si pudiera le gritaría a todos que se mantuvieran alejados de ella porque bueno, es traicionera y apenas le fías un secreto al día siguiente lo sabe toda la preparatoria. - Quise reírme de mi maldad.

Aunque no lo era tanto, después de todo era cierto. Y quería que Yoongi se mantuviera al margen de ella, no sólo porque era una arpía venenosa. Si no que era muy guapa y él podría caer rendido a sus píes. Ella era como Betty Boo y yo era como esos muñecos Pee Wee.

-Jamás te pregunté sobre ella. -el ronco sonido de su voz me hizo temblar las piernas inconscientemente.
-Bueno, pensé que querrías saber. -me excusé.

(...)

Había rodado los ojos en el momento en que el chico-hot-dog se paró encima de la mesa con sus grandes manos blancas sobre la cintura, un enorme disfraz cubría la anatomía pero todos sabíamos de quién se trataba todo este espectáculo épico. La gran salchicha que sobresalía por la cabeza ocasionaba más risas en el casino de la escuela. Kim Namjoon. Estaba cantando a los cuatro vientos «Hoy es el día de la salchicha caliente, llévate una y será excluida una malteada de fresa.» Todos en Wells Greg estábamos acostumbrados a sus escenas ridículas. En el día de San Patricio, se había vestido como un duendecillo completamente rojo haciendo los pasos de la danza Macarena, lo único que recordaba era que el sombrero de bruja que llevaba en su cabeza estaba enterrado en su culo. El director Maslow le había enviado dos días de expulsión por haber contradecido las reglas del colegio en que todos debían de vestir verde. Cosa absurda. Pero no me extraña, normalmente a Namjoon le gustaba ser el centro de atención. Esa era una de las razones contundentes que lo repudiaba y nunca podría gustarme.

-¡El día de la salchicha! ¡Llévate una antes de que se agoten!

Sky estaba atorándose de la risa. Mi querida amiga cobriza era inmune a Namjoon y a su sentido del humor extraño. O al parecer todos parecían inmune a él. A excepción de Woo Bin que la única vez que había sonreído fue cuando Abby del C casi le arranca la cabeza a Scott, su archienemiga por haberse entrometido con su novio. Bueno, yo estaba lo bastante ocupada pensando en otras cosas. Cosas más importantes, como... Bueno, no tenía nada más en mente que Min Yoongi. No había venido a clases, y no sabía si era porque pensaba que le diría a las demás personas que había pasado una noche en la playa con Yoongi, el rey del hielo. Sería idiota si lo pensase porque yo no era esa clase de chicas, y quería dejar a entendérselo.

Dark Sides | Min Yoongi [EDITANDO]Where stories live. Discover now