LAUREN: La Heredera (Camren)

Capítulo 10

Narra Lauren: 

—¿Esconderte de qué? —se escuchó la voz de Camila en la puerta. 

Cuando la castaña entró, de imediato me volví a arrojar a la cama y me tapé con la cobija; pero, al hacer eso, caí de la cama. Me quejé del dolor. 

—¿Qué sucede? —vuelve a preguntar.

—Nada, nada, no es nada —estoy segura de que Ally intentó detener a Camila—. ¿Por qué no esperamos a Lauren afuera un momento?

—¿Por qué le llamas Lauren? —cuestiona la castaña. 

Escuché unos pasos más cerca de mí, y  luego sentí que alguien tiraba de la cobija para quitármela de encima. 

—¿Qué sucede, Lawrence? ¿Acaso los atrapé haciéndo algo? —reclama con molestia—. ¡Eres un mentiroso, Lawrence! ¡Eres un mentiroso! 

Me daba de golpes con sus puños por encima de la cobija. 

—Espera, espera, espera —pedí. 

En el momento en el que Camila dejó de pegarme, logré ponerme de pié, aún sin descubrir nada más que mi cara. 

—Explícame qué está sucendiendo —dice con furia y tristeza en sus ojos.  

—Ally, ¿puedes dejarnos a solas? —le dije a mi mejor amiga, quien asintió y cerró la puerta tras de sí. 

—Ahora explícate —exige Camila—. ¿Cómo puedes aceptar salir conmigo cuando ya tienes novia? ¿Por qué jugar conmigo. 

—Camz... yo... 

Trataba de explicarle, pero no sabía por dónde empezar. 

—Yo no salgo con Ally. Ella es mi mejor amiga; lo ha sido desde hace muchísimos años. Y nunca podría traicinarte. Jamás lo haría. Me gustas mucho. 

—¿Entonces qué ocultas? ¿Por qué tienes eso, si no estás desnudo? 

—Camz... promete que pase lo que pase no me odiarás. 

—¿Por qué dices eso?

—Yo... 

Comenzé a deslizar la cobija que me cubría, hasta que dejé que cayera por completo. La cara de furia en la cara de Camila había desaparecido, pero, esta vez había pasado a ser de sorpresa. Se llevó su mano a la boca para ahogar un grito. Cerré los ojos fuertemente debido a la verguenza y luego la miré al rostro con con firmeza; apreté mis puños para no dejar de hacerlo. 

—Eres... 

Comienza a decir, viéndome, analizándome de arriba hacia abajo; mirándome a los ojos finalmente, antes de desvanecerse. Por suerte había caído sobre mi cama. 

—¡Camz! —la tomé entré mis brazos. 

*******

—¿Qué hago, Ally? —le pregunto a mi mejor amiga, mientras la castaña seguía inconsciente. 

—Te ha descubierto, Laur. No hay mucho que hacer, más que contarle la verdad. 

Ella tenía razón ante la obviedad de la situación, ya podía fingir más con Camila. Esperé al menos media hora más hasta que ella por fin enpezó a reaccionar. Se asustó un poco al verme allí sentada a su lado. Empezó a recomponerse poco a poco para evitar marearse más. 

—Así que en realidad... tú eres una... chica —dice sin mirarme. 

—Yo...

—Es por eso que decías que no podías estar conmigo y que debía de estar con un hombre que sí me mereciera.