Capítulo 3

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Narrador Omnisciente:

Pasada la una de la tarde, Ally llegó a la empresa para vigilar que todo estuviera en orden con su mejor amiga. Tan ponto subió, pidió a la secretaria Normani ver a Lauren.

—Ally —la ojiverde estaba sorprendida de verle allí—. ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo en la casa o en la escuela?

—¿No puede tu mejor amiga venir a verte? Si quieres me voy —fingió estar triste.

—Ven aquí —Lauren invitó a Ally a sentarse junto a ella en el sofá de su oficina.

—Bien —sonrió, mirando el interior de su bolso—. Pero, en realidad sólo vine a darle algunos retoques al maquillaje.

—Oh, gracias —dice Lauren mientras Ally hacía lo suyo.

—¿Qué te parece si salimos al almorzar algo? —invitó la rubia.

—Bien. No creo que haya problema —Lauren se levantó, al tiempo que se abotonaba el saco y se alizaba el traje—. ¿A dónde quieres ir?

—A donde sea es bueno.

Lauren y Ally salieron tranquilamente de la oficina. La ojiverde le dijo a Normani que volvería en un rato. Al tomar el elevador, varias personas que subían en él se le quedaban mirando a Lauren y de vez en rato a Ally, considerando si tal vez ellas dos eran algo. Tras ver eso, a la rubia se le hizo divertido tomar del brazo a Lauren, para que cuando salgan del elevador las viesen juntas. Ella sólo quería ver las miradas de todas las envidiosas, para ver cuánto ya deseaban a Lauren.

—¿Que haces? —pregunta Lauren al ver que Ally le abrazaba firmemente el brazo derecho.

—Sólo un experimento social. Mira esas chicas de allá cómo te ven —Ally señaló. A Lauren se le pusieron coloradas las mejillas—. Ya tienes pegue, amiga mía. Y pronto juro que tendrás las clásicas acosadoras de oficina.

—¿Cómo crees? —Laurense miraba preocupada. 

—¿En serio no has visto las películas? Todo es real.

—Espero, por amor que le tengo a mi madre, que no —responde abriendo la puerta de su auto para Ally.

—Hay qué caballeroso... —Ally le guiñó el ojo.

—No empieces —Lauren se subió al auto y comenzó a conducir a un lugar cercano.

Las chicas fueron a comer y a platicar a gusto durante un rato, y para cuando Lauren volvió sola a la oficina, prácticamente fue lo mismo: se le habían quedado viendo. Era muy inquietante para ella que las chicas se le quedaran mirando tanto

Apenas si la saludaban en la universidad, o apenas si llamaba la atenición porque procuraba que así fuera aunque quisiesen dirigirle la palabra. De hecho, le venía a la mente varios intentos de coquetería de otras chicas, de las cuales ella siempre salía corriendo. 

—Hola —entró una chica en el elevador al mismo tiempo.

—Hola —devolvió Lauren.

—Así que eres el nuevo jefe, ¿no es así? —pregunta la chica. Lauren asintió sin decir nada—. Mi nombre es Amy.

—¿A sí? Yo soy Lawrence —sonrió sin mirarla directamente, estaba apenada.

—Perdona el atrevimiento, pero no puedo evitar pensar que eres muy guapo —dice Amy. Lauren casi se atraganta con su saliva.

—Gracias —la ojiverde no pudo devolver el alago en sí—. Tu también —las puertas del elevador se abrieron. «Gracias a dios», pensó—. Aquí bajo —mintió—. Hasta luego —Lauren había bajado en el piso equivocado a porpósito. 

LAUREN: La Heredera (Camren)Where stories live. Discover now