LAUREN: La Heredera (Camren)

Capítulos 13

ok, decidí hacerles caso, aún no es lo último. 

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Narra Lauren:

Después de que corurrió toda la desgracia, opté por volver a Minesota, mi ciudad de origen. Era un buen lugar para esconderme porque nadie allí podría reconocerme siquiera. El lugar donde solía vivir con mamá, antes de que ella enfermara y tuviera que hospitalizarse. Era un pueblo pequeño y tranquilo, mucho mejor de lo que recordaba. No encontré mejor lugar para ir que la cuna de mi familia. 

Habían pasado dos o tros días, y en uno de esos fue cuando se me vino en mente los terrenos que solían tener mis abuelos hacia tiempo, y pensé: si tengo dinero hasta para despilfarrar y limpiarme la cola, ¿por qué no veo si la antigua casa de mis abuelos está disponible? Yo adoraba estar allí. 

Sabía que podría ser un condominio dificil de mantener, así que para mi propia suerte, el lugar estaba en venta; es más, una ganga. Me llevó al menos un par de días más en adquirir por completo la casa y el lago, pero al fin lo había conseguido. Levé mis maletas hasta mi nuevo hogar. 

Al entrar a la casa, me di cuenta de que estaba bastante descuidada, como si los anteriores dueños no se hubiesen tomado la molestia de darle una barrida a todo. Dejé mis maletas a una lado, antes de volver a cerrar la casa para ir al centro en busca de cosas de limpieza. Cuando volví a mi nuevo hogar, me di cuenta de que había muchísimas cosas que hacer, y yo no sabía por dónde comenzar. 

En primera, abrí las ventanas, barrí el suelo, limpié las fuperficies y volví a barrer. Y eso sólo en el recibidor y en el living. Me iba a llevar días limpiarlo todo, y aún no sabía dónde me quedaría a dormir. El siguiente paso sería limpiar la habitación, y lo más seguro sería comprar una nueva cama y muebles para guardar mis cosas, ya que no había nada en ninguna habitación. Esa noche tuve que dormir en el suelo, aunque no estaba nada mal, a excepción del dolor de espalda que tuve al siguiente día. 

«Crema para madera » y «Abrillantador de madera en aerosol », eso decían las latas de la tienda. Debía de darle un buen tratamiento a la madera de mi casa si no quería que ésta se echara a perder. En realidad, no sabía cuál de esas latas debía de comprar. 

—¿Puedo ayudarle en algo? —me pregunta una de las empleadas. 

—Ah, sí. Es que no sé qué poducto usas exactamente —le mostré los contenedores. 

—Pienso que la crema es mucho mejor si aceptas mi opinión. 

—Eso pensaba, pero tambien tengo algunas maderas carcomidas por la polilla, así que no sé con qué tratarlas —mencioné. 

La chica se miró pensativa, mirando a detalle los productos. 

—Éste también te ayudará —me entregó otra botella con rociador. 

—Muchas gracias por tu ayuda. Es que acabo de mudarme y ... puff, no sé nada. 

—¿Eres la que compró la vieja casa del lago? —preunta sorprendida—. Todo el mundo habla sobre eso. Ya sabes... los chismes vuelan, cuando de un pueblo chico se trata. No es muy común ver llegar a citadinos para comprar en un lugar así. 

—Mis abuelos solían, vivir allí, así que es muy significativo para mí —comenté. 

—¿Eres nieta de los difuntos Morgado?

—Así es. 

—¡Entonces eres... Lauren! —la felicidad en su rostro me desconcertó—. Soy yo, Lucy. La niña que solía jugar contigo en la escuela primaria, ¿no lo recuerdas? Yo solía visitarte de vez en cueando. Estuve hasta que tu madre enfermó, y... Por cierto, lo siento mucho, me enteré de que ella no...