Siete

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– Bésame – interrumpió – Quiero que me beses, Mina

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– Bésame – interrumpió – Quiero que me beses, Mina.

La japonesa no perdió tiempo y juntó sus labios en un beso que a Chaeyoung le robó hasta el último gramo de oxígeno. Los labios de Mina eran suaves y se movían sobre los suyos con una ternura única, haciendo del beso algo dulce y bastante agradable. Cerró los ojos y todo a su alrededor desapareció, su mente quedó en blanco y lo único que pudo hacer fue corresponder.

Podía sentir a lo lejos el sonido de las fotos y los chillidos que soltaban las otras dos chicas, pero no le importaba. No quería que aquel contacto se rompiera y ciertamente, no estaba entendiendo muy bien lo que sentía.

– Veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve... ¡Treinta! – exclamó Momo y Mina se alejó de la menor, quien se quedó con sus ojos cerrados por unos segundos, antes de esbozar una tímida sonrisa.

– ¡Eso fue realmente tierno! – chilló Sana – Se nota que ustedes dos se aman, ojalá Momo me besara de esa forma.

– ¡Hey!

Tanto Mina como Chaeyoung se sonrojaron ante eso, desviaron la mirada y Mina volvió a su lugar, optando por no seguir con el tema. Siguieron jugando y riendo hasta que dieron las 3:00 am, donde ambas menores decidieron que era momento de volver a sus habitaciones.

– Mañana con Momo iremos a Camdem Town, ¿irán con nosotras? – preguntó Sana ordenando la mesita de centro.

– Nop – sonrió Mina – Tengo otros planes, gracias por la oferta de todos modos.

– Espero no quieras llevártela a un motel – comentó Momo y la japonesa menor la fulminó con la mirada.

– ¡No haré eso! – chilló y su hermana soltó una fuerte carcajada.

– Confío en tu palabra, Myoui – la apuntó.

– Muy bien, para de trogloditas – giró los ojos Sana riendo – Es momento de que vayamos a dormir, tengan una linda noche – dijo amablemente mirando hacia Chaeyoung, quien parpadeó un par de veces ya que se encontraba absolutamente absorta de la situación.

– G-Gracias – murmuró – Ustedes también.

– ¡Procuren mantener la cama en buen estado! – gritó Momo antes de que ambas menores abandonaran la habitación.

– ¡Te voy a matar, Myoui Momo! – gritó de vuelta Mina completamente fastidiada, Chaeyoung sólo se limitó a reír.

Ambas menores abandonaron la habitación y al llegar a la propia, Chaeyoung quiso ir directo a su habitación para descansar, pero su intento de lanzarse a su cama se vió interrumpido por una pequeña caja de color blanco que yacía sobre ella.

– Es para ti – escuchó la voz de Mina a sus espaldas.

– ¿Me hiciste un regalo? Aún no es mi cumpleaños – apuntó tomando la caja entre sus manos.

– No es necesario que sea tu cumpleaños para hacerte un regalo, Chaeyoung – apuntó la mayor – Ábrelo.

La coreana se sentó en la cama y quitó el listón de la caja, la abrió con cuidado y sus ojos se agrandaron al ver lo que contenía.

– ¿Estás bromeando? – miró a la japonesa que sonrió nerviosamente desde la puerta.

– Sé lo mucho que amas sacar fotos y a pesar de que la cámara de tu celular es buena, pensé que no sería suficiente – comentó – Así que decidí comprarte una cámara.

– Mina, esto es... – no sabía qué decir.

Chaeyoung tomó la cámara semi profesional de la cara y la encendió, no era muy grande, pero el tamaño se adaptaba muy bien a sus manos haciéndola cómoda para ella.

– No es nada – se encogió de hombros la pelinegra – ¿Te gusta?

– ¿Es chiste? Me encanta – dejó la cámara junto a la caja a un lado y se puso de pie – Gracias, Mina – agradeció acercándose a la más alta para darle un abrazo.

Las mariposas en el estómago de Mina no tardaron en hacerse presentes cuando los brazos de Chaeyoung la envolvieron. Pasó los suyos propios por su cintura y apoyó su frente en el hombro de la rubia, cerrando los ojos y respirando profundamente, sintiendo el aroma a fresas que desprendía.

– No tienes que agradecerme – murmuró separándose un poco.

– Debo hacerlo – la miró a los ojos, sus rostros estaban muy cerca, un sólo impulso y sus labios chocarían.

– No debes – rectificó de vuelta – Es lo menos que puedo hacer – apuntó y su vista recayó en los labios contrarios por inercia, causando un sonrojo en la coreana.

– Mina... – verbalizó – ¿Podrías be...?

No pudo terminar la oración, el teléfono de Chaeyoung resonó por toda la habitación haciendo que ambas se sobresaltaran y se separaran de golpe, sonrojándolas de paso.

– C-Contesta... Debe ser t-tu novia – dijo Mina un poco incómodo.

– S-Sí, claro... – tartamudeó contestando la llamada – ¿Hola? ¡Amor!

– Me iré a dormir, pasa buena noche, Chaengie – habló la mayor un poco triste antes de irse.

La contraria miró hacia la puerta, sintiendo su corazón latir como loco. Se dejó caer en la cama, totalmente perdida, podía escuchar la voz de Tzuyu, pero no lograba entender lo que le decía.

En su mente se repetía una y otra vez el momento en que Mina la besó, sintiendo sus labios calientes y la gran necesidad...

De ser besados una vez más por ella.

¿Chae? ¿Estás ahí?

– ¿Chae? ¿Estás ahí?

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FAKE WIFE || MiChaeng Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon