26.

131 17 11
                                    

Abrí los ojos cansada, desorientada y con un dolor de cabeza terrible. La clara luz del día me cegaba y tuve que usar mi antebrazo como protección mientras mis ojos se acostumbraban a la iluminación.

Estaba tendida en el suelo, cubierta con un par de mantas al menos de cintura para abajo, de un color marrón feo y con un aspecto desgastado. Me incorporé sobre mis codos cansada mirando a mi alrededor tratando de orientarme.

##: Yo que tú no me movería mucho, esa herida es fea.

Me senté en silencio y palpé mi cabeza suavemente, sintiendo el peso de unos vendajes, Reiner me había pegado bastante más fuerte de lo que recordaba.

El hombre que tenía sentado ante mi, era rubio de pelo entre largo y corto, con unos ojos verdosos que me miraban a través de los cristales de unas redondas gafas de montura dorada. Soltó el humo del cigarro que estaba fumando y devolvió su mirada al horizonte.

Llevaba ropas holgadas y su cabeza liberaba un ligero humillo, un titan cambiante.

No obstante, sentía que ese hombre no me haría nada.

__: ¿Q-quién...?

Zeke: me llamo Zeke y por el momento es lo único que te interesa saber de mi, ahora toma.

Me ofreció una taza de metal como las que usábamos cuando entrenabamos, la cual contenía un líquido semitransparente que enseguida, y más al olerlo, descubrí que era té.

Zeke: Estás aquí por la irresponsabilidad de mis subordinados, no por compasión. Tenlo en cuenta. Ahora estas bajo mi mando.

Exhaló el humo del cigarro despacio clavando su mirada en la mía.

Yo sin embargo, arqueé una ceja en silencio, mirando al rubio con ligero desdén, no pensaba dejarme mandar por alguien que ni siquiera conocia.

__: por lo que... deduzco... eres el portador del titan bestia.

Zeke pareció sorprendido, creo que no me veía tan inteligente, no obstante, le tenía cierto rencor, había matado a Mike ante mis propios ojos.

Estaba ante un asesino, que no sólo le había arrebatado la vida a Mike, sino también a miles de inocentes habitantes de la muralla Rose, entre ellos los padres de Connie y el escuadrón de Nanaba al completo.

Zeke: Eres bastante perspicaz por lo que veo...

Dirigí mi mirada al horizonte observando el bello paisaje del atardecer, manteniendo el silencio entre ambos.

Zeke: anda déjame ver esa herida.

__: ¿me transformaras como al resto del pueblo?

Zeke hizo una mueca seria y negó con la cabeza despacio mientras acercaba sus manos hacia mi, dispuesto a ayudarme, o al menos esas parecían sus intenciones.

Zeke: A ver...

Retiró las vendas de mi cabeza, me mareé un poco y sentí como la venda se despegaba de mi sucio pelo.

El rubio sacó de una bolsa de tela un paño que mojó con agua de su cantimplora, después, limpió la herida de mi cabeza con más cuidado del que creía.

Cambio la venda por una limpia y me obligó a recostarme sobre el montón de capas que habían dejado sus compañeros a modo de almohada, después me tiró la manta de nuevo por encima.

Zeke: Ahora duérmete, te despertaré cuando Reiner y Bertholdt vuelvan, tendremos que movernos con urgencia.

No supe que más decir, traté de acomodarme lo máximo posible en aquel incómodo suelo y cerré los ojos, rezando para que la herida que me había abierto Reiner en la cabeza, no sé infetase.

Kirschtein {Jean x reader}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora