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-Alguno de ustedes delató a sus padres sobre esto, sus días en la casa de los Howard son burrito finito-. Suze nos dijo a cada uno de nosotros, mirando a todos y cada uno de nuestros rostros. Todos asentimos.
-¡Nunca!- Maddy dijo mientras todos brindaban con Suze. Me uní vacilante, haciendo el brindis con ellos.
-Salud.- Dijeron todos, chocando sus copas.
-A mis hermosas niñas-. Suze dijo con orgullo, tomando un sorbo de su vino. Tomé un sorbo de mi Smirnoff y salí de la cocina para unirme a Kat, que estaba sentada en el porche trasero ocupándose de sus propios asuntos.
-¿Estás bien?- Le pregunté a Kat, que parecía un poco fuera de sí. Miró hacia abajo y esperaba tratar de solucionar cualquier problema que tuviera. Tenía una mirada en blanco en su rostro.
-No quiero hablar de ello.- Ella respondió sin rodeos. Esto me tomó completamente desprevenida.
-Oh, lo siento por preguntar-.
Lo dejé así, recostándome en mi asiento y tomando otro sorbo de la bebida alcohólica fría. Estaba tranquila, además de la música que sonaba de fondo.
-Oh, me encanta esta canción-. Suze salió por la puerta trasera, bailando mientras aún sostenía su vino en una de sus manos. Una risa escapó de mis labios cuando saqué mi teléfono.
Mi dedo se cernió sobre el contacto de Ashtray, contemplando enviarle un mensaje. Un suspiro salió de mi boca y apagué mi teléfono, guardándolo de nuevo en mi bolsillo.
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Con el tiempo, me he dado cuenta de que Cassie está actuando de una manera realmente extraña y reservada. Como extrañamente reservado. Cuando estaba con Maddy, apenas decía una frase, y una vez que estaba presenciando un momento amoroso entre Nate y Maddy, actuaba mal, sus ojos brillaban.
-¿Estás bien?- Coloqué mi mano sobre la de ella suavemente. La miré con mi rostro lleno de preocupación. Ella me miró, sus ojos brillantes y rojos como sangre.
-Bien, solo me siento un poco borracha, creo que me voy a meter en el jacuzzi-. Deslizó su mano lejos de la mía y se fue para subir las escaleras.
Mis ojos la siguieron mientras se iba. -Qué carajo...- susurré para mí misma. Se notaba que estaba mintiendo, tal vez estaba un poco borracha, se tomó como cinco tragos de alcohol, pero había algo más que eso.
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-Está bien, de verdad. ¿Qué está pasando, Cassie? Quiero que seas completamente honesta-. Me senté a su lado, metiendo los pies en el jacuzzi. Maldita sea, esto es frío como la mierda.
-No pasa nada. ¿Por qué no me crees?- Ella giró su cabeza hacia mí, con el ceño fruncido en su rostro.
-Está bien, woah. No hay necesidad de ponerse a la defensiva. Solo estaba preguntando-. Levanté mis manos en defensa, rompiendo el contacto visual con ella.
