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Llegamos a casa, Ulliel mete la llave rápidamente y abre la puerta. Entramos. Él apoya su espalda en la puerta, y enciende la pequeña lamparita de la entrada. Ahí hace catorce años mis padres perdieron la vida, intento no pensar en ello, y lo miro a él, que respira agitado mojándose los labios.

- Joder, no corría así ni cuando hacia ejercicio en el correccional.

- Es solo lluvia al fin y al cabo

- Si pero es una lluvia peligrosa, es fría, congelada, y depende el sistema inmunitario que tengas puede traerte problemas serios, como una gripe, o peor, una pulmonía.

- Habrá gente que habrá muerto de eso, seguro... -pensativa.

- Por eso lo decía, hay que evitarla siempre que sea posible. Sé de lo que hablo.

- Es usted un profesional doctor Ulliel -riéndome un poco de él, poniendo otro tono.

- Estas tu muy vacilona esta noche eh! -se queja entre risas.

Da una palmada, y yo corro subiendo las escaleras, me extraña mucho que no me haya caído, pues los tacones que llevo son bastante altos. Consigo escaparme de él entrando en mi habitación.

- No puedes atraparme, nunca has podido, siempre era yo la que te pillaba a ti -le digo sacando la lengua, alzando la voz.

- Es verdad -parando en seco, apoyando la mano en el marco de la puerta, cansado.

- Oh... está usted cansado, abuelito? Oh claro, es que la edad no perdona...

Ni yo misma me reconozco, sera cosa del alcohol que este así de activa? Cuando me siento cómoda saco mi yo-bromista, y muchas veces incrédula. Pero no pensé que podría sacarlo tan pronto, al menos con él.

Vuelve a correr, esta vez da un salto, esprinta y me pilla sujetándome de la cintura, yo pego un grito, y acto seguido me tapo la boca. El despertador marca las dos de la madrugada.

- Voy a despertar a todo el vecindario -moviendo los dedos.

- No te oyen, no ves que esta finca está en el culo del mundo? Podemos hacer todo el ruido que queramos mira.

Empieza a chillar como un poseso. Descojonándome aplaudo como una foca retrasada. Ulliel vuelve a la carga, y vuelve a rodear mis caderas con sus brazos, pero esta vez me apoya contra la pared, dejando mis manos libres.

- Gracias por hacerme vivir una noche como esta -le digo.

- Vivirás muchas noches así petite, te lo aseguro. Incluso mejores.

- Vamos a salir todas las noches? -pregunto.

- Oh no... que yo trabajo, hoy he podido ir porque mañana es fin de semana, y no trabajo, a no ser que haya una urgencia de ultima hora claro.

- Recemos para que no la haya

- Recemos recemos -asiente enseñando los dientes.

Nos abrazamos, muy fuerte, al tacto su piel ya no esta tan caliente como antes.

- Tu te encuentras bien? -me pregunta.

- Me duele un poco la cabeza, pero creo que es normal, tenias razón y me he bebido el chupito demasiado rápido, pero estoy bien -sonrío dando un salto.

'ULLIEL' // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora