Capítulo 5

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Aarón Wilson.

Sin Blake me siento vacío y eso me molesta. Me molesta que con tan poco tiempo se volvió una parte esencial en mi vida, tanto que ahora no me siento como yo mismo sin ella.

En realidad, no sé qué hubiera sido de mi si ella no hubiese llegado. La culpa de la muerte de mi mamá y la pérdida de mi hermana me estaban consumiendo, me perdía en los efectos del alcohol y de la droga.

El día en el que llamé a Blake, el día en el que ella vino a ayudarme y me comporté como un idiota, se cumplían cuatro años desde la muerte de Alessia. A ella no le gustaba su nombre real, pero tampoco le gustaba tener que pretender ser alguien más solo para que no nos descubrieran.

No pude soportarlo ese día, cada año es lo mismo desde que sucedió, jamás sentí la necesidad de llamar a alguien. Siempre despertaba sintiéndome como la mierda que soy y ese era mi castigo por haber dejado a mi hermana sola ese día, sin embargo, ese día sentí el impulso de llamarla.

Fue como si la misma Alessia hubiera querido que la llamara, así que lo hice. Ese día no desperté sintiéndome mal, desperté con ella a mi lado y supe que quería despertar así todo el tiempo. Me comporté como un idiota porque sentí miedo, sentí que si me encariñaba de ella me sería arrebatada.

No quería volver a pasar por eso y al final fue lo que sucedió, todo por tenerme cerca.

Ahora cada que me levanto y no la veo a mi lado siento como si algo dentro de mi fuese desapareciendo poco a poco. No he podido siquiera ver a alguien más, nada me satisface ya.

Estoy exhausto de esperar que ella vuelva, que ella llegué y me sonría como solía hacerlo. Porque no fue su físico el que me enamoró, fue ella, la manera en la que siempre resolvía todo estratégicamente, fueron sus sonrisas que hacían del peor momento uno más agradable.

Ahora no quedaba nada de eso. Le prometí cuidar a Charlotte pero no creo que lo esté haciendo bien, es muy difícil para mí pues me recuerda a ella. Su positivismo es igual al de ella, son idénticas en demasiados aspectos Pero no es ella.

Mi padre se fue, como si hubiese terminado su plan hasta ahí. Cuando se dio cuenta que Hans había desaparecido supo que había tenido éxito, supo que había golpeado un nervio.

Blake quizá nunca lo vio, pero su padre siempre la pintaba como la persona más perfecta del mundo. La protegía sin que ella se diera cuenta, hasta se podría pensar que en verdad la quería.

Pero ahora que sé la sucia historia que hay detrás es cuando me di cuenta de que no importa cuán perfecto pueda parecer el exterior, quizá hay algo jodido en el interior. Blake era más fuerte que todos nosotros, sin darnos cuenta mantenía el equilibrio.

—¿Sigues aquí? —pregunta Asher.

—¿Eh?

Ni siquiera recuerdo haber comenzado a hablar con él. Sé que a él también le duele, sin embargo intenta de todo por alegrar el ambiente cada que se acerca, con Asher y Louis hemos sido buenos amigos desde siempre, ellos entraron a la mafia por diferentes razones.

Cuando los conocí los saqué de la miseria de puesto que les había tocado, desde entonces siempre somos los tres. Suena infantil pero así ha sido siempre, Asher es el idiota carismático, Louis es el raro que casi no habla y yo el amargado que los estresa.

Pero últimamente no he estado con ellos, apenas les hablo, y cuando lo hago quiero terminar la conversación de inmediato. Estoy jodido, pero ellos entienden, me vieron pasar por lo mismo cuando sucedió lo de mi hermana.

Seguro creen que pasará lo mismo, me volveré un idiota y temerario, pero esta vez es distinto. No tengo ganas de hacer que me maten, de ir a Emma's a olvidarlo con un par de tragos, no tengo ganas de nada.

—Vamos, idiota, me dejas hablando solo—agregó.

—¿Qué?

—Imbécil—musitó—Ya nada.

—Bien.

—Se suponía que debías protestar, gracias.

Después de eso se fue de aquí, me dejó solo. Los últimos dos meses han sido difíciles, Charlotte no deja de crearse teorías, la acompañé una vez porque tenía la esperanza de que fuese real. Pero no hubo una respuesta diferente a la que ya conocemos y eso me afectó aún más de lo que creí.

Se estaba haciendo demasiado difícil despertar en las mañanas, tengo más mierda de la que puedo contar en mi cuerpo. De algo me tengo que morir, ¿no?

Ya no tiene sentido alguno. ¿De qué sirve si todo el tiempo voy a perder?

Así que, decidido, subí a la azotea con un paquete de cigarrillos. Era tarde, ya estaba oscuro afuera, había una fresca brisa esta noche.

Podía haber sido perfecto si no fuese por lo que estaba a punto de hacer, extrañarlas duele, pude con una, pude con dos, pero no creo poder con tres. No puedo siquiera intentarlo, ya es demasiado con solo pensarlo.

Puede parecer cobardía, puede parecer que estoy tomando la ruta sencilla. Pero no sabrías lo que estoy sintiendo en estos momentos, es como si mi pecho estuviera en llamas y no puedo apaciguar el fuego con nada. Te dan ganas de arrancarlo, de hacer de todo para que se vaya pero simplemente no lo hace.

En busca de la cajetilla de cigarros en mi chaqueta, encontré la fotografía que la niña tomó de nosotros aquel día en Paris. Quién diría que ese sería el último de nuestros recuerdos

Su pequeña figura a un lado de la mía, sus tiernos labios junto a los míos, sus manos en mi cabello. No pude evitarlo, solté un sollozo. Quería volver a sentir aquello, quería volver a sentirla, volver a verla, poder volver a besarla y tenerla entre mis brazos.

Mierda.

No puedo más. No quiero más... No puedo si no es con ella.

Dangerous Love #1.1©(Completo) Where stories live. Discover now