Capítulo 29

5 2 0
                                    

Blake Steele

Italia. Oh que hermosa ciudad Si tan solo pudiera haberla visitado en otras circunstancias y no para robar información mega valiosa del grupo más grande y poderoso de mafiosos del mundo entero.

Llegamos y tuve que volver a entrar a esa pesadilla de maleta gigante. Sentí como subíamos al auto y me dejaban salir lentamente. Cuando volví a ver la luz tuve que mantenerme agachada hasta que pasara cierto tiempo, pues cualquiera podría estar viéndonos. Es Desesperante.

—¿Cómo vas, pitufa? —pregunta Ash, claramente burlándose de mis desgracias.

—Igual que tu vida amorosa—respondí.

—Auch, me dolió—se colocó una mano en el pecho e hizo un puchero.

Solté una risita y traté de acomodarme lo mejor que pude en el piso del auto pero solo conseguía que mi espalda se doblara de formas distintas.

—¿Ésta muy lejos? —pregunté mientras sobaba mi espalda como si fuese una anciana.

—No seas desesperada, no falta mucho—me reprochó Amanda desde el asiento de adelante.

Scott iba en la parte de atrás, espero y no se esté asfixiando porque me daría mucha pena abrir esa caja y encontrar un cuerpo ahí. Aarón se fue en otro auto, no del todo solo. Se llevó a las azafatas al hotel al que iban a quedarse y no estuve muy contenta con la idea pero no pude quejarme en absoluto.

Así que llegaremos primero al lugar donde vamos a quedarnos.

Un par de minutos después llegamos a un lugar, el cual no alcancé a disipar muy bien desde la posición en la que me encontraba, pero se veía lujoso. Claramente.

—Anda, a la maleta de nuevo—ordenó Asher.

—Idiota—murmuré.

Volví a meterme a la maleta y sentí como me bajaban del auto, también sé que Ash está luchando con su vida cada que carga ésta maleta porque debe hacerlo como si fuera una normal y no como si hubiera un cuerpo de carne y hueso adentro que pesa kilos.

Ese será mi consuelo, que seguro se está muriendo pero se hace el fuerte.

—Buen día, señor Joe—escuché a una mujer decir—Es un placer tenerlo de vuelta, y a usted señorita Pia.

Hasta este momento yo seguía sin saber sus nombres reales y ahora que los escucho puedo entender por qué quisieron cambiarlos. ¿Joe? Ni que fuera el novio de Taylor Swift. No dijeron nada, o al menos no escuché nada, solo sentí como comenzó a caminar de nuevo hasta que se detuvo en un lugar.

Abrió el cierre y logré salir de nuevo, me froté el cuello con dolor pues ésta vez me metí bastante mal y me doblé todo el cuello.

Oh por dios.

Ésta mansión es más grande que la de mi padre, casi el triple. Dios mío, y yo que creí que mi padre era demasiado rico Se queda corto comparado a todo esto.

—Mierda—susurré, impresionada.

Veía todo desde una ventana en la habitación, se veía el barandal de vidrio, el pasillo que conducía a más habitaciones y el piso de abajo se notaba precioso. No pude ver más pues Amanda me tomó del brazo y me tiró hacia atrás logrando que cayera de trasero, después cerró las cortinas y la puerta de la habitación.

—Aléjate de ahí, no te pueden ver—me avisó.

—Gracias por tu amabilidad al decirlo, Pia—recalqué su nombre con énfasis.

—No me llames así, dejé de ser Pia hace mucho—pidió—Te quedarás conmigo estos dos días así que te pido que escondas a tu fiera un rato.

—Oye, yo no soy la que causa las peleas—levanté ambos brazos a la altura de mis hombros en señal de rendición—Si por mi fuera tu y yo nos llevaríamos demasiado bien.

Dangerous Love #1.1©(Completo) Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt