Capítulo 25

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Charlotte Steele

Recibí llamada de Aarón ésta llamada, en cuanto apareció su nombre en la pantalla supe que no sería nada bueno. Lo último que le dije fue dónde estaba Blake y cuando volví a ir ya no había nadie, ni rastro de que hubiese estado ahí.

Atendí y me tomó por sorpresa escucharlo preocupado.

—¿Crees poder venir? —preguntó

—¿Qué pasó? —pregunté, suspirando.

—Solo ven—dijo y colgó.

Había venido a ayudar a Louis a acomodar unos papeles de su oficina, la verdad es que no me apetecía venir con él pero había otro motivo que tiene nombre y apellido que me hizo venir.

Louis me hablaba de cosas que le habían sucedido, me gustaba escucharlo hablar pues sus pláticas eran interesantes pero no quiero que se haga más ilusiones. Voy a procurar no volverme a liar con nadie sin compromisos, no sale nada bien.

—¿Quién era? —preguntó, algo triste.

Quizá piensa que se trata de otro chico Oh Lou

—Aarón, debo irme—murmuré, dejando los papeles sobre su escritorio.

—Últimamente han estado pasando mucho tiempo juntos, ¿no? —inquirió, sin mirarme.

—Creyó que mi hermana estaba muerta, se hizo cargo de mí en ese tiempo, incluso me ayudó pagando la renta varias veces—expliqué—Le debo mucho.

—Mhm

—Vale, adiós.

No esperé a que dijese nada más y me fui. Mientras bajaba por el ascensor, el cual se detuvo en un piso que no quería, iba mandando un mensaje a un compañero de la universidad. Por esa estúpida acción no me di cuenta de que alguien más se había subido al ascensor conmigo hasta que sentí un olor familiar.

Levanté la mirada y sentí mis mejillas arder al verla ahí de pie frente a mí, sonriéndome con una mirada alegre, llevaba una blusa verde con escote que dejaba mucho que ver; cuando digo mucho me refiero a bastante, y unos jeans sencillos. Llevaba unas gafas sobre sus rulos.

—¡Hola! —dijo con mucha alegría—¿Cómo has estado?

—Eh Lo mejor que se puede.

Soltó una risita suave. No debería ser legal esa risa, es malditamente encantadora.

—¿Qué haces aquí de nuevo? —preguntó mientras buscaba algo en su bolsillo.

Me detuve de responder cuando vi que sacaba un labial y retocaba el que ya llevaba puesto, me quedé hipnotizada viendo sus labios que no me di cuenta cuando se me quedó viendo.

—¿Estás bien?

—Sí ¡Genial!—dije nerviosa. La puerta del ascensor se abrió en mi piso y suspiré—Es mi piso, debo irme. Fue un placer verte de nuevo.

—Igualmente, Charlotte—sonrió—Ojalá vernos de nuevo.

¡Oh por todos los dioses!

MI NOMBRE JAMÁS SE HABÍA OÍDO TAN HERMOSO

Ésta mujer me va a volver loca.

Salí del edificio y me pedí un taxi hasta casa de Aarón, cuando llegué le pedí que pagara el taxi porque yo no tenía ni un centavo. Entré a su casa y me sorprendió ver a Scott en el sofá durmiendo como bestia.

—¿Qué?

—¿Quién es? —escuché una voz en las escaleras.

Blake iba bajando con una banana en su mano y con la otra sostenía unos papeles que parecía estar leyendo. Llevaba sus gafas de descanso puestas y tenía el cabello amarrado en un moño. Parecía como si llevase más de diez días sin dormir.

Corrí a abrazarla en cuanto reaccioné y causé que su banana cayera al suelo, pronto entró Aarón después de pagar el taxi y nos vio en las escaleras mientras nos quitábamos el aire la una a la otra en un abrazo.

—¡Char! —gritó— ¡Mi banana, bicho!

Replicó con un puchero y yo comencé a reír. Como me ha hecho falta, es mi otra mitad y sin ella soy un lío.

Después de eso fuimos a la oficina de Aarón, que decoré yo cabe aclarar y me senté en el sofá mientras miraba discutir a Aarón y a Blake como una pareja casada. Supongo que aún no se arreglan Creo.

—¿¡Es en serio!? —le gritó ella, dándole un empujón en el pecho— ¡Creí que ya habíamos discutido esto!

—¡Estás loca si crees que lo vamos a hacer solos! —replicó él, sosteniéndola de las muñecas.

Yo miraba de un lado a otro cada que hablaban.

—¡¿Cuántas veces, cuántas veces te dije que no quiero que se involucre?! —gritó, furiosa.

—¡Blake, ya no es una niña! ¡Mierda, ¿no puedes entender eso?!

—Esperen, ¿qué? —dije.

—Vete de aquí—me dijo, furiosa.

—No quiero.

—Charlotte, Ve. Te.—dijo pronunciando cada palabra con una rabia.

Miré a Aarón en busca de ayuda pero no me dijo nada. Debe ser una broma, me llaman y luego no me quieren aquí, quién los entiende.

—Blake, la necesitamos—oí susurrar a Aarón.

—Sí, la necesito viva y si se mete en esto nada me garantiza que lo esté por mucho tiempo—respondió.

—Blake, no soy una niña, puedo tomar mis propias decisiones y no pienso volverte a dejar sola en esto—me metí—No pienso ni puedo perderte otra vez, no pienso pasar por ese infierno otra vez.

La oí suspirar, estaba asustada. Había algo que no me quería contar, algo que yo no sé y ahora quiero saber porque sé que tiene que ver conmigo. Nunca había estado tan asustada como ahora.

—Bien. Pero no harás nada que yo no te diga o autorice, ¿me entendiste? —musitó—Necesito tu palabra, Charlotte.

—Lo prometo.

Y bueno, de ahí me mandó a reunir al clan. Parece que en lo que voy a ayudar es a ser su secretaria mensajera, debo de ser la que pase los recados ya que no se pueden juntar sin llamar la atención.

Todos debemos seguir fingiendo que Blake está muerta porque para el resto del mundo así lo está. Por lo que yo debo de seguir adelante. A la única que me falta decirle es a Megan Lleva una semana desde que volvió de viaje y no me he atrevido a decirle nada.

No sé cómo pueda reaccionar, es capaz de armar un escándalo y arruinar lo que Blake ha planeado así que me limitaré a no decir nada. Ya bastante enojada está con que me haya querido involucrar como para hacerla enojar aún más.

Así que fui a casa de Amanda, me crucé con Asher y le dije a Louis también, nada en concreto la verdad, pues Blake no me dijo nada con certeza. Lo único que me dijo que les dijera era que el juego empezaba de nuevo...

Dangerous Love #1.1©(Completo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora