Capítulo 14

8 1 1
                                    

Amanda

Me encontraba en casa, mentiría si dijera que no me encontraba haciendo nada. En realidad, todos estos días he estado culpándome a mí misma, he llorado hasta cansarme y me he intentado castigar de mil formas distintas.

He matado a gente, estoy consciente de ello, pero tenía mis razones y esta vez siento que ha sido mi culpa; que han sido mis celos actuando. Siento que esta vez en verdad me he pasado, que esta vez no era necesario, porque yo no odiaba a Blake; jamás lo hice.

Yo no la odié, odiaba el hecho de que tomara mi lugar pero en el fondo siempre supe que no era culpa suya. Sé que ella no sentía lo mismo hacía mí, lo sé, pero jamás fue mi intención que todo esto pasase. Ahora por mi culpa, mi mejor amigo recayó en las drogas, por mi culpa nuestra pequeña familia se derrumbó.

Y lo peor es que, a pesar haber hecho todo eso, ellos no me han dejado en el olvido, no me han dado la espalda, han seguido estando ahí cada segundo y eso me hace sentir más miserable. Odio este sentimiento, odio que por mi ira llamé a la persona más peligrosa que conozco e hice que nos arrebataran a todos una parte de nosotros.

Aunque me cueste admitirlo, llegué a tenerle cierto aprecio a la chica, llegué a considerar la idea de ser ambas y no solo una, al final me cegó mi furia pero lo llegué a pensar. Y sé que tanto Asher como Aarón se encariñaron de ella, sé que la consideraron parte de la familia y yo les quité eso.

Estoy mentalmente exhausta conmigo misma, estoy disgustada conmigo, estoy de todo menos bien conmigo misma. Y no estoy tratando de victimizarme, estoy tratando de redimirme, de buscar una manera de conseguir un perdón sincero, de conseguir paz conmigo.

Y justo como si mis plegarias fuesen escuchadas me llegó un mensaje, un mensaje que cambiará el rumbo que estaban tomando las cosas. No dudé un solo segundo y salí de mi casa, no tengo idea de si sea buena idea pero lo que sea que encuentre ahí será o mi salvación o mi perdición.

Nunca he sido creyente pero en verdad comencé a pensar que me iba a ir al infierno.

Llegué a la habitación de hotel y abrió una persona que no conozco, llevaba puesta una chaqueta azul junto con una camiseta y unos jeans negros, su cabello negro caía ligeramente en su frente y unos llamativos ojos grises me recorrieron de cuerpo completo.

—¿Amanda? —preguntó, tenía una voz madura.

—Sí ¿Quién eres? —no importaba como me sentía, jamás iba a dejar que me viesen débil, mi entera personalidad se basa en eso.

—Eso no importa aún, necesito que traigas todo esto—ordenó mientras le daba un papel.

—¿Quién te crees para darme órdenes? —musité.

—Querías una segunda oportunidad, ¿no? Es tu momento de obtenerla—murmuró con suavidad.

—No sé quién eres, ¿por qué haría algo de lo que me pidieras?

—Porque ella lo querría así—y quedé pasmada ante su mención.

—¿Cómo la conociste?

—Aún no, ve a comprar eso.

Y acto seguido cerró la puerta en mi cara, no sé que fue lo que me impulsó a acatar su orden pero necesito respuestas y sobre todo una segunda oportunidad.

Una vez compré todo lo necesario, volví al mismo lugar y llevé las cosas. Así fue por casi tres semanas, el hombre solo abría la puerta unos centímetros y después volvía a cerrarla. Yo iba y venía a llevar cosas, en ningún momento me cuestioné para qué necesitaría todo eso hasta que caí en cuenta que estaba fabricando un bloqueador de señal.

Volví a ir ahí pero esta vez no con buenas intenciones, necesitaba saber en qué me estaba metiendo y también si debería seguir yendo. Quizá estoy ayudando para crear una bomba que acabe con la raza humana y yo ni en cuenta.

No esperé a que abriesen la puerta ni me molesté por tocar, esta vez abrí a la fuerza y entré sin invitación alguna. Sentí que quería besar el suelo cuando vi lo que presenciaban mis ojos, me sentí en el mismísimo paraíso.

Unos días después me encuentro mostrándole lo mismo a Asher, me encuentro viéndolo tener la misma reacción que he tenido yo al ver todo. El no duda un segundo en sacar su móvil y teclear tan rápido que nos fue imposible detenerlo.

—Aquí está—alcanzó a pronunciar.

No sabíamos a quién había contactado hasta que el móvil volvió a sonar y el nombre apareció en la pantalla.

Dangerous Love #1.1©(Completo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora