Capítulo 35

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Blake

Al despertar, sentí un cansancio extremo, abrí los ojos y tardé en reaccionar. Vi la ropa en el suelo, la cama desacomodada y al hombre a mi lado totalmente desnudo, sentí que mi corazón se apretujaba ante la escena pero en el fondo sé que está mal.

No puedo creer que dejé que pasara de nuevo. No me arrepiento, de absolutamente nada, pero no puedo creer que me dejé llevar en un momento así.

Mierda.

Iba a salir de la cama cuando sentí el brazo de Aarón jalarme hacia él, me apretujó a su cuerpo y me abrazó como si tuviese miedo. Suspiré su aroma, quiero guardar éste momento por siempre.

—Dime que no estoy soñando—lo escuché murmurar.

Alcé la mirada para verlo a la cara y vi que sonreía, genuinamente; tenía una sonrisa tonta en su rostro que casi se me figuraba a la sonrisa de un niño, y eso me encantó. Me acurruqué con él por un rato más y sentir su calor me hizo sentir paz, esa misma paz que sentí hace meses, con él puedo sentir que todo está bien aunque no lo esté.

—Te extrañé—murmuré, esperando no pudiera oírme.

—Te extrañé más—respondió de vuelta.

Lo abracé, mi rostro estaba contra su pecho. Los días que pasé encerrada en ese ático esto era lo único que deseaba poder hacer, a pesar de sentir un dolor en el pecho cada que pensaba en él aun así deseaba tenerlo cerca y sentir su cálido abrazo. Y ahora No sé si he hecho lo correcto.

En ese momento escuché voces abajo, pensé que eran los chicos pero había otra voz que no lograba distinguir. Al parecer Aarón sí, pues en ese instante, se puso de pie y se colocó la ropa mientras yo me cubría con la sábana sin saber qué ocurría.

—Maldita sea—musitó.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Nada, solo escóndete—ordenó.

Supe que no era momento para preguntas, entré al baño rápidamente después de recoger mi ropa del suelo y justo cuando iba a cerrar la puerta sentí que la detuvo. Me giré para verlo, me plantó un corto pero tierno beso en los labios y después de eso cerró la puerta.

Vale, que confundida me encuentro.

—¿Qué haces aquí? —lo escuché decir al otro lado de la puerta.

—Estuve esperándote abajo mucho tiempo, a mí no me haces esperar—la voz era de su padre.

¿Qué demonios hace ese hombre aquí?

—¿Qué haces aquí? —repitió, con un tono más molesto.

—Mierda, huele a exceso de sexo aquí—juro que pude ver su rostro de asco cuando dijo eso—Te divertiste anoche, ¿no?

No respondió nada.

—Sigues siendo un maricón, no aguantas nada—suspiró—No vengo a discutir, vengo por trabajo así que deja tu berrinche para otro día ¿quieres?

—Bien, ¿qué mierda quieres que recoja? —suspiró.

—Anoche, alguien tomó algo mío de mi caja de seguridad y el cómo lo hicieron me importa un carajo—explicó—Lo único que necesito es que descubras quién fue y traérmelo de vuelta, ¿entiendes?

—¿Quién te pudo haber robado algo? —la capacidad que tenía para fingir que no sabía nada no me impresionó, más bien me dejó pensando.

—Muchas personas, hijo mío, tú mejor que nadie debe saber que la gente puede robarte lo que más quieres en cuestión de segundos solo por envidia—las palabras que salieron de su boca sonaban mal, como si las dijera con un propósito diferente del que hacía creer.

Dangerous Love #1.1©(Completo) Where stories live. Discover now