5

538 72 3
                                    


—Hola papá.

—¿Cómo es que llegas así de la escuela?.

Me senté en una silla calmadamente a la vez que miraba como mi mamá salía de la cocina. —Tuve una pelea.

—Eso es evidente, pero dime que sucedió.

—Discutí con Mark. - me encogí de hombros.

frunció el ceño. —¿Otra vez?.

Asentí.

El sonido de la puerta nos distrajo a ambos y vimos a mi madre entrar con un par de cosas en las manos, luego se acercó dejándolas sobre en el mueble a mi lado, y me agarró la barbilla bruscamente. —¡Ayy!. - reclame.

—¿No te gustó pelear?, entonces te aguantas.

—Per—.

—Sin peros Donghyuck, ya hablamos de esto.

Me rendí dejando de tratar que ella fuera un poco más suave limpiando mis heridas.

—¿Por qué fue esta vez?.

—Le quise hacer una broma. - dije simple, pero me arrepentí al segundo porque mi madre quien ya estaba guardando las cosas de primeros auxilios, giró su cabeza casi como si se fuera a quebrar el cuello mirándome muy feo.

—Este ton—. - suspiró. — ¡Yo no te crié así Donghyuck!. - se acercó a mi.

—¡Ya lo sé mamá!, ¡per—.

No alcance a que ella se quisiera apiadar de mi vida porque me tocó bruscamente el moretón en mi pómulo. —Ya entendí. - arrugue la nariz ante el dolor.

—¿Y cómo te ha ido con las calificaciones?.

Mi semblante cambió a uno un poco más frío, sabía que en algún momento de toda esta conversación llegaríamos a ese tema en particular. —Bien. - respondí.

—¿Sigues como siempre?.

—Sigo como siempre. - afirmé.

—Sabes que está bien que te defiendas, mientras no te expulsen o algo así, porque ahí tendremos problemas...

—Lo sé papá. - rodé los ojos.

—¿Te parece que el fin de semana me acompañes a entrenar?, hace rato que no pasamos tiempo juntos.

"¿Cómo le digo con palabras suaves que no quiero ir?".

—Claro, me parece bien. - respondí.

—Mañana estoy libre, ¿qué dices?.

Asentí y me levanté para irme a mi habitación no sin antes darle las gracias a mi mamá por limpiarme las heridas. Si el pequeño resfriado que tengo hubiera sido más fuerte como para no ir con mi papá, hubiera sido perfecto, pero como no es tan fuerte... tengo que ir.

Me lancé a mi cama sin siquiera sacarme los zapatos cerrando los ojos unos segundos.

—Donghyuck. - escuche a lo lejos. —Donghyuck.

Fruncí el ceño abriendo poco a poco los ojos, pase una mano por mi cara. —¡Mierda!.

—No soy un fantasma ridículo, y no digas groserías, si tus padres te escuchan dirán que soy una mala influencia.

—Lo eres. - respondí con voz ronca tratando de despertar un poco más, ni siquiera note cuando me quedé dormido. —¿Qué haces aquí?. - le pregunté mirándolo sentado en el sofá individual al lado de mi cama.

—Te metiste en problemas, ¿Cómo qué hago aquí?, además parece que tienes el celular solo de adorno, porque te deje un millón de mensajes y me canse de llamar, no respondiste.

Fuego bajo la lluviaWhere stories live. Discover now