10

518 62 2
                                    


Convencer a mi mamá no es muy complicado, pero convencer a mi papá.... eso es más que tierra peligrosa.

Por eso es que ni siquiera le pido permiso para algunas situaciones en las que se que estaré en peligro, así que solo convenzo a mi mamá.

—¡Por favor!. - roge por décima vez viéndola limpiar la sala de estar. —Después me quedaré en la casa de Jaemin, será normal.

Suspiró dejando de barrer para mirarme seria. —Sabes que no me gusta mentirle a tu papá.

—Mamáaaa. - lloriquee y junte mis manos. —Prometo que la fiesta será super tranquila.

Su mirada se puso dudosa.

"Gane".

—Con una condición.

—La que sea es aceptada por este inocente ser.

—Termina de limpiar la casa.

La miré indignada. —¡¡Eso es trampa!!.

Negó. —Tu ganas y yo gano, es un trato justo.

Sonreí. —Digamos que sí. - me levanté para recibir la escoba de sus manos, no quito su mirada de duda pero no me dijo nada más y fue a la cocina a hacer el almuerzo supongo, así que me apresure en terminar de limpiar todo rápido.

Puse algo de música y comencé a limpiar, pero después de un rato le subí el volumen para darme más ánimos, fruncí el ceño cuando escuche que le bajaban el volumen.

—Tengo que escuchar a mi alrededor, no le subas mucho a esta cosa. - regaño.

Apreté los labios dudosos. —Mientras más fuerte suena la música, más limpia queda la casa.

—Si no queda limpia, no habrá permiso entonces.

—Ya entendí. - blanquee los ojos y me di vuelta para seguir limpiando.

Después de casi dos horas de andar de aquí para allá limpiando, me lance sobre mi cama completamente agotado. Suspiré tratando de que el cansancio se fuera, porque tenía que ahorrar energía para la fiesta.

Jaemin pasaría por mí más tarde, así que aún tenía suficiente tiempo para ir un poco más decente de lo normal, anoche nos pusimos de acuerdo de todo lo que haríamos, también iríamos con su primo.

Necesitaba salir y distraer un poco mi mente, si no, estoy seguro de que terminaré volviéndome loco con todos los problemas que he tenido estas últimas semanas.

Cuando tienes un padre abogado siempre pero siempre tienes miedo de pedirle permiso para salir, además de nunca ganarle una discusión porque puede sacar argumentos en contra incluso de debajo de las piedras, aparte de que es exigente respecto a los estudios. Mi papá es exactamente así, entendía que apreciaba su trabajo y que eso implica no verlo muy seguido, eso me había afectado un poco... sobre todo años atrás.

Mi papá es la razón por la que acepto todo lo que la escuela me pone de castigo para que no lo llamen y le digan que su hijo es casi, casi, un matón, en realidad esa no es la definición, tal vez... un busca pleitos, es que mi papá cuando se enoja puede ser realmente el diablo en carne y hueso, peor que Mark Lee.

Por eso mi mamá y yo somos como una asociación secreta de la cual siempre salgo beneficiado.

Pase el resto de la tarde ordenando mi habitación, después de asearme completamente y haberme vestido con unos jeans simples al igual que un polerón, le envié un mensaje a Mateo para que viniera por mí diciéndole que se apresurara antes de que llegara mi papá.

Fuego bajo la lluviaWhere stories live. Discover now