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Sentía como el sudor se extendía hasta la parte más mínima de mi cuerpo y la música estaba casi en su máximo volumen en mis audífonos mientras no paraba de correr por la cancha recordando las últimas palabras que le había dicho a mi mamá cuatro días atrás.

"Por favor, apóyame".

Y corrí más rápido, como si estuviera intentado hacer cambiar mi mente agotando mi cuerpo, anoche solo dormí casi tres horas, aún así me levanté más temprano para la escuela, necesitaba estar completamente solo.

Me detuve después de un rato y caminé hasta las bancas para beber agua, me saqué los audífonos, respiré un poco agitado y me limpie el sudor de la cara con mi polera. Miré inmediatamente confundido cuando escuché aplausos detrás de mí. —¿Qué haces aquí tan temprano?.

Se encogió de hombros. —Me dejaron fuera de una clase.

—Pero si hoy hay entrenamiento.

—El viejo cancelo, ¿no te avisaron?.

Me encogí de hombros. —Tal vez sí lo hicieron, no he revisado el teléfono.

—Te desapareces junto con mi moto por cuatro días, con MI moto. - recalco las últimas palabras. —Tks... - sacó un cigarro detrás de su oreja. —¿Quieres uno?, te ves tenso.

—Tenía cosas que hacer. - le dije y negué el cigarro. —Y pudiste haberme llamado.

—Deje que pensaras tranquilo. - se encogió de hombros y me mostró el cigarro. —Tú te lo pierdes. - se lo puso en los labios para luego encenderlo. —Tenía razón. - afirmó. —Hijos de puta. - carcajeó. —Ya tenía mis sospechas.

—¿Tanto te costaba abrir tú puta boca y decirme?.

Negó. —De todas formas, a mi no me correspondía decírtelo.

—Ellos debieron hablar. - murmure dolido.

Él se quedó en silencio un rato mientras fumaba. —Tranquilo, todo pasa a su debido tiempo, después cuando menos te des cuenta, estaremos como siempre.

Reí irónico. —Claro, como si esto se arreglará muy fácil. Todo acaba en algún momento.

—Si quieres que sea así, pero ten en cuenta una cosa. - piso el cigarro. —Hermandad, no de sangre, pero si de promesa. Eso lo dijimos una vez, creí que todos entendíamos el puto significado de eso.

—Supongo que aún estoy tratando de entender su significado, porque yo no fui quien no confió en aquella "hermandad".

—No lo tuvieron porque fuiste tú el que los asustó. - suspiró sentándose en el pasto. —Deja de darle muchas vueltas, después de todo son nuestros cómplices, si hablan estamos jodidos.

Lo miré confundido. —¿Y como mierda es que estas aceptando esto así tan tranquilo?.

—Como dije antes, solo era cosa de tiempo, ya me lo esperaba.

Bufé no queriendo seguir hablando del tema. —Iré a cambiarme.

El asintió y se quedó allí mientras yo iba al camerino, me demore poco duchando y vistiéndome, cuando me estaba abrochando los zapatos para salir escuche el timbre indicando el recreo. —Mierda. - susurré, no quería verle la cara a Jeno y Jisung.

Salí del camerino para volver a donde estaba antes, Chenle seguía allí mirando el teléfono mientras escribía algo sin cambiar su expresión relajada. Me volví a sentar en las gradas antes de beber un sorbo de agua. —¿A quien tienes en tus garras ahora?. - alza una ceja viendo como le sonreía a la pantalla del celular.

Fuego bajo la lluviaWhere stories live. Discover now