Nota de la autora:Hola, ¿Cómo están?. Espero y se encuentren muy bien, hago este mini aviso antes del capítulo para no revolverlas, pondré solamente de que cinco meses ocho meses o cosas asi en la parte derecha para poder poner lo "importante" del embarazo, no pondré todos los meses obvio asi es mas rapido y podre hacer capítulos más largos, les mando un besito, chau.
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Cinco meses
—¿Qué crees que sean?—preguntó Tom mientras acariciaba mi abdomen.
—No tengo idea.—suspiré cerrando los ojos—Mi instinto desea que sean niños.—sonreí y lo mire—Pero no se que tan bueno sea.
—Uy así solo me preocupo de ahuyentar los buitres que vayan tras de Maya.—rei.
—Si tienes cara de papá celoso.—rodó los ojos y coloco su cabeza en mi abdomen.
—Si son niñas solo no hagan poner muy molesto a papá.—murmuró hablándole a mi pequeño abultado abdomen—Sin novio hasta los cuarenta.—jadee.
—Estás loco.
—Yo me casé a los treinta y cuatro, que les cuesta esperar un par de años más.
—Yo me casé contigo a los veinticuatro.—fruncí el ceño.
—No sean como mamá.—reí negando.
—¿Qué tu no tienes que ir a checar con tu abogado unas inversiones?
—Así es.—se acurruco en mi cuello—Pero no quiero.—suspiro—¿Qué hora es?
—Son las nueve y media.—bufo.
—Y todavía tengo que irle a ver la cara a ese imbécil.—murmuró.
Pequeño detalle, debido a lo importantes que eran las negociaciones y las inversiones, no podía despedir a Rick así como así tenía que cumplir el contrato del cual eran aproximadamente cinco años y apenas llevaba dos.
Obviamente no tenía permitido venir a casa, solo podía verlo en su despacho, Tom iba un par de horas y después la asistente de Rick le mandaba todo lo necesario para no verlo por las semanas siguientes.
—Solo iras un par de horas, no creo que te estreses demasiado.
—Tratare.—hizo una media sonrisa—Iré a darme un baño.—beso mi mejilla y se levantó de la cama estirándose y bostezando al mismo tiempo.
—Papi.—Maya entró azotando una de las puertas logrando que se estrellara en la pared.
—Deberíamos enseñarla a tocar.—mire a Tom y asintió.
—Hola Maya.—contestó Tom tomándola en brazos—¿Cómo amaneciste?
—Bien.—asintió—¿Puedo ir contigo hoy?
—No.—contestó—Tengo que ir a trabajar, no pueden ir niños, lo sabes cariño.
