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—Di mamá.—pronuncie lentamente mirando a Isabella en su silla para comer, balbuceo y terminó metiéndose la cuchara a la boca.
—¿Por qué les habla así?—preguntó Maya.
—Asi se enseñan a los bebés a hablar, cariño.—contestó Tom sin despegar su mirada del teléfono.
—Ah.—frunció el ceño.
—Tu bebé.—mire a Andrew y este me miro divertido—¿Mamá?— se quedó pensando y río—Me rindo.—Tom negó tomando mi mano sobre la mesa.
—Aún son pequeños.—beso mi frente.
—Dentro de poco cumplen un año.—jadee—Quiero que hablen.
—Pronto no los podremos callar, y sobre todo a este joven apuesto.—levantó a Andrew en brazos—Serás igual de guapo que papá yo lo sé—Andrew río apretando la nariz de Tom.
Terminamos de desayunar y vi que Tom miró su celular y negó colgando la llamada, siguió jugando con Andrew y volvió a sonar, una y otra vez, bufó y dejó a Andrew en el tapete y vi cómo se metió a su oficina.
Lo escuche discutir lo cual era raro, el día había estado muy bien como para que de la nada se fuera a discutir a su oficina.
—Sara.—llame y me miró—¿Puedes cuidar un momento a los niños, por favor?
—Sí señora.—le entregue a Isabella y camine hacia la oficina.
Abrí la puerta y cerrándola tras de mí me quedé ahí escuchando.
—Yo no la quiero aquí,¿Estas loco?. No se, no me interesa, la quiero lejos de mi familia.—se quedó esperando—Estaré ahí.—colgó.
—¿Donde estarás?—fruncí el ceño y se sobresaltó mirándome.
—Diane.—suspiró y estiró su mano hacia mi.
Dudosa camine hacia él y al tomar su mano las levantó besando el dorso de la mía.
—Clara salió de la cárcel hoy.
—¿Qué?, ¿No le faltaban todavía un par de años?
—Si.—suspiro— Buen comportamiento, y se ahorró dos malditos años en la cárcel.—se recargo en el escritorio masajeando su frente—Quiere vernos.. verme.
—¿Para qué?
—No tengo ni la menor idea.—nego.
—¿No piensas que Maya vuelva con ella, verdad?
—Claro que no.—negó—Pero necesito saber que quiere, es capaz de venir a buscarme aquí y no quiero que Maya la vea.—asenti.
Me jalo hacia el y me abrazo, no tardó en esconder su cabeza en mi cuello y suspirar pesadamente.
—No quiero verla.
—Lo se.—murmure—Pero piensa que solo será esta vez, solo una vez más y la evitaremos a toda costa.—levantó su mirada hacia mi.
