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—Ven con mami.—extendí mis manos hacia Isabella la cual estaba tambaleándose mirándome mientras tenía la mano en su boca—Ven amor.—dio dos pasos y grite emocionada—¡Tom!, Ven corre es urgente.
—¿Qué pasó?—corrió hacia donde estaba con Andrew en brazos—¿Ya va a...
—Pa-pá.—caminó lo más rápido que sus pequeñas piernas podían hasta terminar abrazada de la pierna de Tom.
—¡Oh princesa!—se agacho un poco tomándola en brazos para besar su mejilla.
—Pero.—mis ojos se llenaron de lágrimas—Iba a venir hacia mi y ella..
—Mam-mi.—Andrew habló estirando sus brazos hacia mí, ambos nos miramos y salté de la sala abrazándolo.
—¡Dilo otra vez!
—Ma-mi.—chille besando su cara provocando que comenzara a reír.
—¡Escuchaste eso!—Tom rió asintiendo, se acercó a mí y besó mi cabeza.
—Nuestros bebés ya no serán tan bebés.—miró a ambos los cuales divertidos nos veían.
—No te preocupes tengo otro aquí adentro.—rio negando.
...
—¿Estás muy cansada?—preguntó mirándome.
—Un poco si.—me recargue en el respaldo de la cama.
Mientras Tom estaba sentado en el sillón que teníamos en la habitación leyendo un libro.
—Tus pies se ven un poco hinchados.—me miró.
—Cinco meses de embarazo y este.—apunte mi barriga abultada— Ha sido el más difícil.
Y no mentía, eran constantes vómitos, antojos, nauseas, mareos, cambios de humor horribles y claro ya estaba en el punto donde me hinchaba horrible, ya no usaba nada más que la ropa de Tom, odiaba la ropa de maternidad nada que una camisa de Tom no pudiera arreglar.
—Me veo como una bola enorme.
—A mi me pareces linda.
—Callate.—negué.
—Es enserio, te ves muy tierna embarazada.
—No pues bien divertido y bonito, como tu no lo vas a tener.—rio negando.
—Veamos.—dejó su libro en el sillón y entró al baño, salió con un bote de una crema.
—¿Qué es eso?
—Quiero darte un masaje en los pies, quizá pueda ayudar.—se sentó en la orilla de la cama colocando mis pies en su regazo—¿Duelen?—negué.
—Solo los siento muy pesados.—hice una mueca y tarareo tomando uno de mis pies y comenzandolo a masajear.
