NSB (Ryanx Sebastián)

~~Little boy~~

EDAD: SEBAS 23, RYAN 25.

CONTEXTO:

LA AUTORA NO SABE ESCRIBIR HOT.
HOTDOG.

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NARRADOR:

Las cortinas se movían lentamente por la pequeña corriente de aire que entraba por la abertura de la puerta del balcón en la habitación. El sonido del despertador marcando las 4:00 a.m se hizo presente, con eso, los ojos de Sebastián se abrieron. Se estiró un poco rascando su cabeza y con la mirada adormilada se dio cuenta de la gran brecha que había entre el cuerpo de Ryan y él.

Cosa que le molestó, pues le encanta pegar su cuerpo al de su esposo.

Con un pequeño empujón se levantó y atrajo el cuerpo de Ryan por la cintura, provocando un quejido por de parte del mayor, quien solo se dejó llevar.

Sebastián recargo su mentón en el hombro de Ryan mientras apretaba su cuerpo contra él.

—Vas a partir me en dos.—Ryan se quejó, al mismo tiempo Sebastián sonrió.

—¿Puedo partirte de otra manera?— le susurró en el oído, con una sonrisa lascivia.

Ryan lo regresó a ver con ese gesto común que suele hacer cuando algo le desagrada o confunde; en este caso, estaba más dormido que no pudo comprender. Y lo ignoro.

Sebbas metió su mano por debajo de la playera de Ryan hasta llegar a su pecho, el cuál comenzó a acariciar provocando quejidos agudos sobresalientes de su esposo. Ryan le tomó la mano intentando detenerlo, pero sus fuerzas eran nulas. El sueño debilitaba sus músculos.

—Espera...—le dijo a Sebas con los ojos cerrados y tomando de su muñeca.

Sebastián hizo caso omiso y subió de nivel intentando provocar a su pequeño chico. Sabe perfectamente las consecuencias. Beso el cuello de Ryan hasta llegar a su mandíbula, mientras masajea el abdomen bajo del mismo. Por otra parte, el mayor luchaba por no caer en la tentación, pero no pudo resistir más cuando Sebbas metió la mano al interior de sus pantalones de dormir....

Ryan

Llevo contando.

Desde que hizo esa pregunta.

Sabía perfectamente que no me dejaría.

Pero pensé que lo pasaría.

Siento como Sebastián aprieta mis muslos, esta casi cerca de mí entrepierna. Sus besos húmedos sobre mi cuello tampoco bajan esa sensación que trato de calmar.

Mierda...

—Espera...—trato de detenerlo tomando del brazo que pasa por mí abdomen.—Sebbas, espera.—me muevo un poco intentando safarme.

Escucho su respiración agitada golpear la parte trasera de mi oreja, y su erección rosar mi trasero. Esta frotándose contra mí. El masajeo de mis muslos se detiene, ahora sube a la entrada de mi bóxer. Siento un cosquilleo en mi estómago, entonces me levanto.

—Dije, espera.— remarco la última palabra.

Lo miro.

Su cabello se encuentra distribuido por su rostro, sus labios rosas no forman ningun gesto, pero tampoco está molesto.

—Mañana...trabajo—me acuesto delicadamente sobre su pecho. Él acaricia mis cabellos suavemente, con una pequeña sonrisa.—. Sabes que te amo, mucho ¿Verdad?—el asiente.

Su caricia me está durmiendo, pero su rostro me pide que me mantenga despierto. Se que Sebbas no dormirá hasta solucionar el problema que estoy aplastando, y también se, que tengo que hacerme cargo.