JUST KISS HIM

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Las copas se volvieron a levantar frente a los ojos se Sebas, y el volvió a mirar si vaso de coca

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Las copas se volvieron a levantar frente a los ojos se Sebas, y el volvió a mirar si vaso de coca. Vacio y con algunas burbujas.

La salida iba bien después de todo, sin embargo, había momentos en los que se sentía fuera del lugar. Como si solo ocupara espacio. No era que Ryan no le hiciera caso, al contrario, siempre que lo intentaba tener a su lado, alguien más le quitaba su compañía.

Sebastián soltó un suspiro pesado, se inclinó en el sofá (de la mesa en la que estaban) y miró al frente. Esa bola de compañeros que invadía esos bellos momento que había imaginado en su cabeza junto al mayor, le estaban obligando a abandonar el lugar.

Sentía desesperacion, impaciencia y tristeza. Penso que solo serían, él y Ryan.

La música sonaba a todo volumen, el DJ llamaba a las chicas a la pista y los hombres solo se preparaban para seguirlas con la mirada.

El golpeo constante de la pierna de Sebastián fue visto por Ryan. El mayor se zafó del agarre de uno de sus "amigos" y caminó hasta el menor. Le palmeó la espalda y Sebas le miró, sonrió.

— ¿Te sientes bien? ¿Quieres salir? — le señalo con la cabeza alguna parte de la salida.

— Ellos se molestarán.

Ryan miro a sus compañeros y suspiró. Si bien quería estar con Sebas, ellos no tenían un lugar en el mundo que quería crear. Suspiro pesado y le tomo la mano a Sebastián llamando su atención y sin saber que los nervios del otro subieron hasta el cielo.

— Que importan. Si te sientes mal, deberíamos ir a fuera — respondió.

Las orejas de Sebas se tornaron de carmesí y le agradecía a la oscuridad del lugar que lo hiciera invisible.

Ryan le guió hasta afuera, entrando entre las multitudes para no ser visto por sus compañeros. Llegaron a la puerta trasera y la abrieron sin mucho problema, salieron.

El clima afuera era frío y fresco. El cabello ondulado del peli negro se movió al mismo tiempo que la corriente de aire. Ryan le miró com una sonrisa, bajando la cabeza y decidiendo sentarse en las gradas de la puerta. Solto un suspiro.

Sebas se sentó a su lado después, le miró y desvió.

— No me gustan mucho estos lugares — confesó, con temor de ser juzgado, rechazado y abandonado.

— Debiste decirme, podríamos haber ido a otro parte — Ryan le miro — al cine, al parque, a los bolos. Cualquier cosa que te mantuviera bien.

El menor sorprendido por aquello, le miró. Nunca nadie se habla preocupado por el como se sentiría en ciertos lugares, ni siquiera a el o sus padres, estar era estar y parte de una obligación si no querías romper el lazo familiar o de amistad. Estar presente te en la vida de los demás es lo que te hace visible.

Pero Sebas al ser un fugitivo de lo social, solo le mantenía con un amigo. Tampoco era que quería muchos, pero si ser conocido.

Agacho la cabeza y asintió, al menos Ryan le hacía sentir bien cada vez que se veían y ni siquiera le forzaba a hablar tanto.

El olor a alcohol saliendo del cuerpo del mayor le llamó la atención al menor, ¿Cuántas copas había bebido Ryan?

— Deberiamos de ir a casa — comentó.

Ryan le asintio y se levantó. Miro a Sebastián y le ofreció la mano, la cual no soltó en todo el camino. La sudoración de la frente de Sebas no paro, los faroles le hacían brillar cual estrella.

La noche calmada les acompañó hasta la puerta de la casa de Ryan, en cual rebusca sus llaves por todo su cuerpo. El alcohol comenzó a hacer efecto.

— Tal vez las perdí — comento.

Sin previo aviso, el menor sonrió y sacó de su bolso las llaves.

— Me las diste al principio.

Ryan soltó un suspiro aliviado, tomó las llaves y abrió la puerta de su casa. Aquella oscuridad les cegó la vista. Era una de las cosas que le preocupaban a Sebastián, la soledad de Ryan. No era que el quisiera llenarla, pero al menos quería hacerle saber que no siempre en la oscuridad ella le esperaba, si no, también el. Con una lámpara por supuesto.

— Te invito a pasar la noche como agradecimiento — las palabras del mayor tambalearon, al igual que su postura.

Definitivamente, él ya no estaba en el tiempo. Sebastián le detuvo y tomó de la cintura ajena, paso el brazo de Ryan por su hombro y le guió hasta la sala.

— Subamos.

Llegaron a la habitación a pequeños enpujones y entraron de jalada. Sebastián llevó a Ryan a la cama y lo dejó caer, después lo acomodó. Lo en traje y le quitó los tenis. Acomodo su cabello y lo arropó. Sin embargo, antes de que dejara la habitación, la voz del mayor resonó.

— Quédate, te puedo prestar ropa y mañana te llevaré a la escuela.

Sebastián le miró, lo pensó, sus nervios se alteraron, incluso pensó en lo que no quería. Pero, se quedó.

Se quitó la sudadera y quedó en camisa de caricaturas. Quedo en calcetas y pantalones. Entro a ma cama siendo recibido por los brazos del mayor. Ryan le acurruco entre su pecho y cerró sus ojos.

Tal vez no recordaría nada mañana, pero de algo estaba seguro, lo intentaría cuando su conciencia estuviera despierta.

Dios mío, cuanto tiempo

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Dios mío, cuanto tiempo.

Estuve sobreviviendo.

No tenía inspiración y no podía sacar palabras que no me llegaran así de la nada.

Pero estoy de vuelta.

¿Cómo has estado?

🦊🥀

NSB (Ryanx Sebastián)Where stories live. Discover now